Capítulo 27

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Tomó un pincel y comenzó a moverlo despacio, al ver que tenía un ligero temblor en su mano, no tuvo otra opción más que hacer movimientos lentos y delicados. Se hizo hacia atrás para ver cómo estaba quedando la pintura, hizo una mueca, se veía perfecta, pero no fue de su agrado.

Alguien entró a la sala en la que se encuentra ahora, no pudo evitar hacer una mueca de disgusto. Tal parece que sus esclavos aman interrumpirlo cuando está haciendo cosas importantes.

La persona que entró se colocó de rodillas detrás de él, bajando su cabeza hasta tocar el suelo, lo de contrario, sería el séptimo rey quien le colocará la cabeza en el suelo usando su pie. Carraspeó.

—Est fiel servidora es consciente de que al séptimo rey solo le gustan las buenas noticas, ya que lo ponen de buen humor — Elain habló fuerte y claro, tratando de no mostrar temor ante la presencia de su rey —. Así que, me he asegurado de traer las buenas noticias para el séptimo rey.

El séptimo rey suspiró por lo bajo, esto hizo que el corazón de Elain se acelerará. Ama estar en presencia del séptimo rey, pero al mismo tiempo le teme. Decir que tiene ciertos sentimientos hacia el séptimo rey sería una gran verdad, porque sí, ella tiene sentimientos por él. Sabe perfectamente que jamás podrá demostrar sus sentimientos hacia él, ya que a su rey no le interesan los romances, solo piensa en el poder.

—Habla.

Elain tragó saliva, alzó un poco la mirada para ver al séptimo rey. Sus manos están detrás de su espalda, tiene un par de anillos en sus dedos que resaltan en su piel blanquecina, las mangas largas de sus prendas lucen de maravilla, sobre todo porque tienen un par de decoraciones de color dorado. Su cabello largo está peinado de la misma forma de siempre, solo que ahora lleva una coronilla color dorada sobre un pequeño moño, sin olvidar esas cadenas de oro que siempre le han gustado.

Su corazón seguía latiendo con fuerza, por lo que llevó una de sus manos hacia su pecho, quería sonreír en ese momento, pero se dijo a sí misma que no lo hiciera. Si el séptimo rey girase ahora mismo y la viese sonriendo como una tonta, ordenaría que la asesinen ahí mismo.

—El sexto reino ha caído, mi rey — comenzó despacio, asegurando de que el séptimo rey escuchase cada una de sus palabras con suma atención —. El sexto rey ha muerto, las sextas princesas están desaparecieran. Hemos ganado, mi rey.

—¿Hemos ganado?— su voz fue lenta y ronca, haciendo que su fiel servidora temblara de inmediato —. Tu idiotez cada vez es más peor.

Elain hizo una mueca.

—Que el sexto reino haya caído no nos garantiza la victoria, aún nos falta atacar el quinto reino — sonó molesto —. No debemos preocuparnos por el cuarto reino, ya que se encuentra en ruinas. El tercer reino pondrá mucha resistencia, al igual que el segundo reino, y el primero... puede que se rinda.

—El séptimo ejército ha demostrado tener potencial, séptimo rey. Por lo tanto, llegaremos al primer reino antes de lo planeado.

El séptimo rey miró por el rabillo de su hombro, junto sus cejas al darse cuenta de que Elain había bajado su mirada de inmediato. No dijo nada, lo dejo pasar.

—¿Tienes algo más que decir?

—Eso es todo.

—De ser así, puedes retirarte ahora — de nuevo centro su mirada en la pintura, por un momento pensó que se veía bien, pero al verla durante una cuestión de segundos pensó que realmente era horrible. Cerró sus ojos por unos momentos, para tratar de calmar sus pensamientos negativos. Apretó sus ojos al sentir una punzada en su cabeza, los dolores han aumento cada vez más, por lo tanto se encuentra de mal humor casi todo el día —. Vete. Si hay más noticias, no dudas en venir aquí y decirlas.

La princesa renacida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora