Capítulo 28

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Rave sintió sus manos temblar, quería ir hacia ella pero de pronto su cuerpo no pudo moverse. Se quedó rígido.

Ella se acercó un poco, como si estuviese tratando de comprobar si lo que veía era de verdad o simplemente una ilusión por parte de algún guardia del séptimo reino, al ver que su hermano mayor estaba ahí, no dudó en ir hacia él.

—¡Rave!— gritó, al mismo tiempo que dejó caer una espada. Cuando estuvo a pocos pasos cerca de su hermano mayor, no dudó en dar un salto hacia él, para que así pudiese sostenerla. Lo abrazó del cuello con tanta fuerza, casi lo asfixiaba. Hizo que sus piernas se entrelazaran para evitar caer, aunque sabe perfectamente que él no sería capaz de dejarla caer —. No sabes el gusto que me da verte.

Una vez que dejaron de abrazarse, hizo que su hermana menor se apoyara con cuidado en el suelo. Al ver que su vestido se había alzado, a tal grado de dejar ver un poco de su ropa interior, no tuvo más remedio que mirar hacia los príncipes, los cuales se encontraban mirando hacia otras direcciones. Rave tomó el vestido de su hermana y comenzó a acomodarlo para que su cuerpo no quedara al descubierto.

—¿Por qué no has arreglado el vestido con tu magias de creación?— le preguntó, aún acomodando su vestido —, alguien te va a ver, Yú.

—¿A quien le importa como me veo?— le dio un golpe a Rave en la mano para que ya no siguiera bajando su vestido —, así es como visto normalmente, tú también usas ropa que deja tus piernas a la vista, ¿acaso ya no lo recu...?

Cerró la boca al ver a los demás príncipes, los cuales ya se encuentran ayudando a las mujeres que están ahí.

—Oh, ¿lo decías por ellos?— enarcó una de sus cejas.

El quinto príncipe se quitó su gran abrigo y lo dejó sobre los hombros de la sexta princesa, quien lo miró con una gran sonrisa.

Al tener el abrigo sobre sus hombros, le dio una mirada más a su hermano, sus ojos se humedecieron al verlo. Rave alzó una de sus manos para limpiar las lágrimas que salían de los ojos de fénix de su hermana, jamás le ha gustado verla llorar.

Yú lo tomó del rostro con ambas manos, y sin más le dijo —: Tenía miedo de no volver a verte jamás, A-Rave.

El le sonrió.

—Pensé lo mismo cuando dijeron que te habías cortado el cuello — sostuvo las manos de su hermana, las cuales se encuentran llenas de flores de Haitang, las cuales llegan hasta sus hombros. Casi parecen tatuajes, pero es una lastima de que no lo sean —, ¿quién te las puso?

—Un guardia del séptimo reino — comenzó despacio —, no tienes idea de todo el dolor que sentí cuando se esparcieron por mis brazos, incluso están en mis dedos — terminó por hacer una mueca.

—¿Te ordenaron que te cortaras el cuello?— preguntó, en un débil susurro.

Los príncipes lo miraron en seguida.

—Sí, lo hicieron.

Vio el ligero corte que tiene en su garganta, sintió escalofríos.

Yú bajó un poco su mirada, tragó saliva.

—Debo confesar que sentí miedo, mis manos se estaban moviendo por si solas, hice lo necesario para controlarlas, pero no pude hacerlo. Comencé a llorar cuando puse la cuchilla de mi espada sobre mi garganta, y cuando comencé a moverla despacio, sentí tanto miedo que comencé a gritar por ayuda. Estuve a punto de hacerlo, de no ser por Yang Min, ahora mismo estaría muerta.

La nombrada apareció detrás de la sexta princesa, hizo una regencia hacia el sexto príncipe, quien la miró casi queriendo darle las gracias por haber salvado a su hermana. Rave no podía encontrar su voz agita mismo.

La princesa renacida Where stories live. Discover now