Señorito Desconocido

🦃 Relación abierta

* * *

Axel Green estaba acomodado en el asiento del copiloto con las piernas cerradas y un mohín en sus labios rosados. Se había malacostumbrado a usar la camioneta de Logan como un desván donde separar las piernas y dejar que un alfa se empotrara en ellas, así que le pareció una completa tragedia que empezaran el fin de semana de Acción de Gracias usando el vehículo para lo que fue diseñada: viajar.

—Estás pensando en sexo —declaró Logan y Axel le sacó el dedo medio, lo cual hizo que el alfa desviara solo un segundo la mirada de la carretera—. No puedo creerlo, ¿estás enfadado?

—No hemos cogido durante mucho tiempo —suspiró Axel—. ¿Para que tienes un novio alfa con una gran polla si se la guarda solo para orinar?

—Tu capacidad para ofenderme por un deber biológico es impresionante —se rio Logan—. Además, solo fueron dos días, Axel. No exageres.

Axel rodó los ojos y se cruzó de brazos mirando hacia el exterior. El vaho de su boca difuminó la ventana y la limpió con el borde de la manga mientras intentaba no ser derribado por el cansancio. Habían salido a la medianoche del campus al aeropuerto, y luego tomado un avión para ser escupidos en la otra punta del país. Bueno, no tan alejado, pero siendo Axel una persona que jamás salió del condado, oh Dios, ese vuelo fue como ir a la Luna.

Solo debía quedar media hora o menos de viaje por carretera hasta llegar al destino final: una secta de supremacistas blancos. Sonaba terriblemente mal, pero Axel no encontraba otra forma de llamar a una reunión anual de caza de familias privilegiadas que solo iban a mostrar sus jodidas armas. Cuando se enteró de que Logan participaba de esas cosas, Axel se sorprendió muchísimo porque el alfa no aparentaba ser un niño elite. Es decir, sí, tenía un montón de dinero, era atractivo, su familia parecía que tenía conexiones con el poder judicial, pero, dentro de todo eso, Logan no era como Stephan al que si podía imaginar con un abrigo de oso polar.

Lo que más le ponía de malas era que ni siquiera lo supo por Logan. Cuando Axel le preguntó qué haría en Acción de Gracias con la esperanza de que no tuviera planes y así podrían estar juntos... follando..., Logan dijo que tenía pendientes con su familia. Y Axel lo aceptó porque sonaba sensato, es lo que parecía que Logan hacía todos los años. Axel en cambio se la pasaba esas fechas en la casona de su abuela comiendo frituras y viendo dramas adolescentes que luego reseñaba como horribles.

Ese año pudo haber sido uno más de esos. Aburrido, con comida, y con soledad, y tal vez sexting. Todo estaba en armonía, los exámenes de la carrera salieron bien, los trabajos prácticos habían sido entregados, y lograron hacerse con las únicas dos vacantes para la electiva del siguiente semestre que implicaba un viaje todo pagado a Nueva York. Además, el sexo era fantástico, y Axel sabía que, de no estar ya embarazado, se hubiera embarazado alegremente de Logan.

Sin embargo, el destino no siempre actuaba a su favor. La muerte llegó hace unos días cuando Brice los interrumpió en la cafetería de la universidad. El beta solo miró a Logan y preguntó con veneno: