Caos, desesperación y sangre. Una sociedad en decadencia por la repentina aparición de un sistema omnipotente y omnisciente que otorgó poderes al azar a personas comunes que les obliga a pelear a muerte entre ellos. Sin conocer el propósito de este...
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_______LOS 60 MINUTOS HAN FINALIZADO _______
_______PRÓXIMA HORA: 5PM_______
Todo volvió a ser como antes: las mesas, la comida, el piso junto a las paredes con imágenes de frutas y las pocas personas que se encuentran cerca, el mundo recuperó los colores que deberían tener.
Ya no puedo diferenciar a otro jugador entre los pocos civiles que hay acá, así que quiero creer que tampoco pueden verme. Con el simple hecho de pensar en que estoy a salvo puedo respirar más tranquilo, ya no siento esa presión en el pecho que me agobiaba cuando todo era gris.
Real o no, mi mente me está presentando un panorama aterrador. Según esa voz, esto se repetirá a las 5 de la tarde, así que no puedo estar en un lugar tan transitado para esa hora.
Me da asco preocuparme por lo que está pasando, de que considere que estar afuera de mi casa es peligroso, o que puedo morir en una pelea injustificada.
— Serían 22 soles en total, señor — el mesero me da la cuenta del desayuno más abundante que he tenido en muchísimo tiempo, de seguro la angustia que me dio tuvo algo que ver con el hambre voraz.
— Si, no hay problema — saco mi billetera y pago en efectivo.
Al final atiné a entrar a un restaurante para desayunar y ocultarme en el fondo del local, lo casi vacío del lugar me calmó en lo que restaba de tiempo en donde los jugadores se ven mutuamente... aunque tengo que admitir que me vi un poco ridículo al entrar tan rápido, pero de eso menos.
Si las horas que dice el juego se cumplen voy a tener serios problemas, ya que se cruzan con dos asignaturas los lunes y jueves, no podré tener una rutina de este modo.
Saco dos monedas para dejarlas de propina en la mesa, me levanto, recojo mi mochila y empiezo a caminar hacia la salida, mientras me limpio las migajas con la mano. Con cada paso que doy aproximándome a la puerta, incrementa el temor de ir afuera de esta área que considero segura, como si hubiera un monstruo esperándome en la calle para hacerme daño. Sé que no es el caso, es estúpido pensar que hay algo afuera que pueda hacerme daño... entonces, ¿por qué estoy congelado en la puerta del local?
— No me jodas Leo — digo susurrando para alentarme — no debes de estar asustado por tonterías, sea real todo esto o no, estoy a salvo, por ahora nada me puede dañar.
Doy un paso hacia la calle y respiro profundamente... efectivamente, sigo vivo al pisar la vereda. Al ver la calle me quedo quieto un rato, no me había percatado lo verde del pasto, o que la universidad tiene varios tonos azules, creo que ver todo gris por mucho tiempo me dejó medio tonto.
Me cuesta un poco, pero empiezo a caminar hacia el paradero mientras miro a todos lados pensando en las posibilidades que puedo tomar. Si me quedo en casa nadie me tendrá en cuenta para atacar, pero así no podré subir de nivel, lo que significa que voy a quedarme débil por siempre. ¿De verdad sigo pensando es esto y no sobre las tareas académicas que tengo pendiente? A estas alturas da igual, pensar en divagaciones me ayudará a distraerme.
