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LA MENOR DESPERTÓ DE FORMA rápida sintiendo su cuerpo sudado por el sueño que había tenido, suspiró pasándose las mano por la cara levantándose de su cama sin hacer mucho ruido para no despertar a Newt, se puso sus zapatos y salió de la cabaña.
Camino por el área viendo que la mayoría dormía excepto, Minho y Alby quienes estaban hablando cerca de la cocina así que Astrid trota hacia ellos algo confundida porqué Alby estaba despierto a esta hora. Al estar ya cerca pudo escuchar parte de la conversación.
— ¿Necesitas que vayamos? — Pregunta Minho mientras come una manzana.
— Si puedes ir, igual necesito que Astrid venga. — Dice Alby.
— ¿Que yo vaya a dónde? — Pregunta la rubia mientras camina hacia donde los dos chicos.
— Vamos a ir al laberinto. — comenta Alby.
— ¿Entraras en el laberinto? — Pregunta Astrid confundida ante lo que decía Alby.
— Si.
— Eso es raro, pero está bien. — Habla Astrid mientras le sonrie al líder.
Ambos asintieron para luego empezar a caminar hacía las puertas que en unos minutos se empezaban a abrir, en el camino se encontraron a sartén quién se preguntaba que hacían los tres chicos, Alby le explicó mientras Astrid miraba a su alrededor.
Todos escucharon que las puertas empezaban a abrirse para luego despedirse del chico y los 3 empezaron a correr entrando en el laberinto.
[...]
Había pasado algunas horas desde que se habían ido Minho, Alby y Astrid, Newt estaba haciendo su trabajo mientras conversaba con Thomas quien le estaba haciendo demasiadas preguntas.
— ¿Por qué Alby entraría al laberinto? — Pregunta Thomas. — El no es un corredor.
— Ahora todo es diferente, Tommy. Alby y los demás fueron a seguir los pasos de Ben antes del anochecer. — Dice Newt tratando de mantener la calma. — ¿Vas a ayudar?
— Entonces ahora volverán al lugar donde picaron a...
— Los corredores y Alby saben lo que hacen, ¿Bien? — Dice Newt interrumpiendo a Thomas. — Saben más que cualquiera.
— ¿De que hablas?
Newt se detiene en lo que estaba cortando rascándose la nuca algo nervioso por lo que recientemente había dicho, sabiendo que no tenía que haberlo dicho.
