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، antes del laberinto. — — スタ !
🕸️ . . . narrador omnisciente.
una joven mujer cargaba a su pequeña hija la cuál era una pequeña de ojos verdes con el cabello de color rojizo un poco desordenado pero aún así la pequeña de tan solo 9 años amaba tenerlo así, la mujer empezó a caminar por toda la multitud siendo seguidas por dos guardias quienes las escoltaban.
La joven tenía que proteger a su única hija sin importar el costó, aún que ella sabía lo malvado que podría llegar a ser aquella organización, la joven pelirroja sabía que tenía que cuidarla aún que ella tuviera que dar su vida por aquello.
los guardias no se separaban de las dos chicas, la más pequeña de ambas miraba a los guardias sin saber que pasaba solamente sabía que su madre le había dicho que se tenía que comportar, ambas fueron llevadas hasta una plataforma donde habían más niños, la madre de la niña sabía dónde los llevaban pero si era la única forma para cuidar de su pequeña, tenía que hacerlo.
la mayor dejo a su hija sobre esta plataforma, los guardias aún seguían ahí pero a la mujer no le importó, aún así tenía que decírselo a su hija.
— bien Astrid. — habla la joven con una voz suave. — tienes que cuidarte, ¿si? aquí te cuidarán, una mujer te estará cuidado siempre, confía en ella como yo estoy confiando tu vida en ella. — murmura la mujer bajando la voz un poco para que solo su hija escuché. — yo siempre estaré aquí. — apunta al corazón de la pequeña.
— pero, ¿tu no vendrás conmigo? — pregunta la pequeña mientras miraba a su madre.
aquellas palabras hicieron que la mujer cerrará sus ojos tratando de contener sus lágrimas, no quería que su hija la viera en ese estado, detestaba dejarla ahí pero era la única forma de mantenerla con vida.
la joven niega lentamente mientras abre sus ojos viendo a la pequeña.
— está vez no iré contigo, tendrás que hacer esta pequeña aventura tu solita, como en los cuentos que te he contado, tienes que ser valiente y salvar al mundo, ¿está bien? — inquiere la mujer sonríendole mientras la abrazaba.
los guardias empezaron a decirle que tenía que apurarse así que la madre de la pequeña miro a su niña para luego suspirar.
— debes cuidarte, se valiente, confía en la mujer en que yo confío tu vida, ¿bien? mami te estará esperando en nuestro lugar cuando regreses. — dice la mujer.
la pequeña asiente mientras sabía que tenía que comportarse, sintiendo como un guardia la carga entrando con ella al tren dónde habían más chicos de su edad o edades similares.
