Capítulo 28

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Arista

El carruaje se movía de manera incomoda por el camino, pero la princesa parecía acostumbrada mientras observaba el paisaje con aburrimiento, sus piernas de niña se balanceaban por la altura de su asiento. Suspiré resignándome a pasar el día como niñera de una hada mucho mayor que yo. 

- ¿Te gusta enseñar? - Preguntó la princesa después de una hora de camino. La miré con sorpresa, ¿Quería conversar?

- Si, es muy satisfactorio, su alteza.- Dije con voz tranquila, la princesa sonrió. 

- ¿Por qué decidiste enseñar? ¿No se supone que entran las mujeres a la academia Asdra para buscar marido? - Ladeó la cabeza con curiosidad.

- Cuando me gradué no recibí ninguna propuesta.- Comenté un poco a la defensiva, pero la princesa no indagó más al ver el collar sobre mi cuello, pareció entender la situación en la que estaba, en cambio ofreció su propia manera de hacerme sentir mejor.- Bueno, ellos se lo pierden. Seguro después de tu tiempo en el palacio rogaran por tu mano en matrimonio.

Esbocé una sonrisa, aunque lo dudaba mucho, mi apariencia tampoco ayudaba, si recibía una o dos propuestas ya sería demasiado. Ya me sentía bastante sorprendida porque al rey Enoch le gustara mi apariencia, por primera vez en toda mi vida me sentía como una mujer deseada, incluso bonita.

El viaje en carruaje terminó y nos bajamos en el pueblo, Ilyana se movió con entusiasmo por las calles empedradas, sin esperar a nadie, me apresuré para estar a su altura y la acompañé mientras compraba ropa y artículos varios, cargó a sus guardias con todas las bolsas y siguió entrando y saliendo de las tiendas, después de unas cuantas horas, cuando estaba completamente agotada me tomó de la mano y me jaló por un callejón, comenzó a correr perdiendo de vista a los guardias y no nos detuvimos hasta que estábamos fuera del pueblo, en el bosque, recuperé el aliento antes de hablarle a la princesa, que buscaba algo entre  los arboles.

- Su alteza, esto va en contra de lo que su padre ordenó.- Dije. La princesa sacó una bolsa del cueco de un árbol y me aventó un cambió de ropa, no entendí al encontrar un trozo de tela que parecía la parte de abajo de un vestido... pero le faltaba mucha tela y la parte de arriba, ¿No estaría muy adherido al cuerpo?

- Se les llama falda y blusa, acostúmbrate un poco a la ropa que usan los humanos actualmente.- Dijo antes de sacar ella misma un taje de niña que comenzó a vestirse enseguida, la seguí con mucha pena, después de vestirme me sentía casi desnuda, traté de bajar el dobladillo de la falda que apenas y me cubría. Escuché la risa de la princesa y extendió sus alas.- Sígueme.- Dijo antes de volar.

La seguí con creciente vacilación hasta que cruzamos la frontera del mundo de las hadas y volamos por un tiempo hasta aterrizar en las afueras de ¿Un pueblo? No lo parecía, había enormes construcciones y luces que no eran naturales a simple vista. La princesa y yo escondimos nuestras alas y caminamos por las calles pavimentadas. ¿Este era territorio humano? Era más increíble de lo que me contaban mis profesores en la escuela. La princesa Ilyana parecía muy divertida de mis reacciones. Me tomó de la mano y me condujo mostrándome y señalándome todo lo que usaban: celulares, computadoras, automóviles. Era fascinante. Después de unas horas, cuando la tarde comenzaba a mostrarse ya estaba más acostumbrada a lo que veía y podía disimular mis reacciones. La princesa me llevó a comer haciéndome probar los manjares humanos, la princesa compró muchos dulces, tenía mucha variedad para algunos años.

- ¿Ese es el motivo por el cual quería escapar de noche, su alteza? - Le pregunté viendo las bolsas de dulces humanos. La princesa sonrió con expresión culpable.- Soy un poco adicta a ellos y mi padre me prohibió seguir comprándolos, entrar a territorio humano me pone en la mira.- Suspiró.- Pero solo salgo por los dulces y me regreso, solo que quería mostrarte un poco del mundo humano, como una disculpa por haberte puesto esa trampa.

Villanos (La guerra eterna parte III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora