CAPÍTULO 13

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PORSCHAY

Las semanas pasan y poco a poco recupero la movilidad. Mis manos aún se sienten rígidas pero ya puedo sostener las cosas con mayor facilidad. Así también, el habla ha mejorado mucho y no se me atoran las palabras en la garganta.

Pero lo más importante en mi recuperación es que hace unos días comencé a caminar solo sin ayuda del andador. Aunque aún me canso rápido, mis piernas se acalambran y tengo que usar una muleta,  sigo mejorando paso a paso.  

Tengo que lograrlo. Todos los días me esfuerzo con un único fin. Poder escapar de este lugar y encontrar a mi hermano Porsche.

Él es mi único recuerdo y sueño con él a diario. En la mayoría ambos nos encontramos en una casa blanca con un amplio jardín, conversamos y nos reímos juntos. En otros solo me mira y  me acaricia con ternura el cabello. Puedo sentir su cariño y la manera sincera con la que me mira. Siento que no me oculta nada y su calidez es reconfortante.

Pero al despertar aquí, todo es distinto.

A diferencia de la seguridad que siento con mi hermano, todo lo que pasa en esta casa me resulta sospechoso y me atemoriza.

Hay guardias las 24 horas del día. El personal médico no sale de la residencia excepto los fines de semana cuando cambian de turnos, vehículos llegan a diario con suministros pero nadie sabe de dónde proceden, no hay viviendas en un kilómetro a la redonda y Kim.... Kim me vigila como un halcón.

La única ruta de escape es un bote que se encuentra anclado en el muelle a unos metros de la vivienda, pero las llaves las tiene él. Tengo que encontrar la manera de quitárselas sin que se de cuenta y salir de aquí en busca de Porsche.

No dejo de pensar en el recuerdo de los gritos desesperados de mi hermano. Están claramente presentes en mi memoria. Puedo sentir cómo alguien lo aleja mientras él no para de forcejear y gritar mi nombre. ¿Quién es el que se lo lleva? ¿Acaso fue Kim?

- "¿Sucede algo? Estás muy callado," pregunta él mientras coloca el libro que estaba leyendo sobre la mesa.

- "Estoy bien. Solo estoy pensando," le digo tranquilamente tratando de no levantar sospechas. 

- "¿En qué piensas?," lentamente se acerca y me toma de la mano.

- "Es solo que aún no te conozco bien," le respondo algo nervioso. 

- "¿Qué es lo quieres saber?," pregunta con una cálida sonrisa. 

- " Quisiera saber cómo nos conocimos" 

- "Pues nos conocimos en un rally de la universidad. Yo estaba interpretando una de mis canciones frente a los estudiantes que resultó ser una de tus favoritas"

- "¿Eres cantante?," le pregunté sorprendido.

- "Lo era," dice con un aire de tristeza.

- "¿Por qué ya no cantas?," pregunté extrañado.

- "Tuve que dedicarme a los negocios de mi familia"

- "La mafia," comenté de manera sarcástica.

- "Así es, la mafia," dijo un poco molesto,  "Es la herencia que nos dejó mi padre. Mi familia no conoce otro mundo."

- "Pues deberían salir más seguido. Hay miles de cosas que pueden hacer en vez de dedicarse a  eso", Kim se rio con fuerza como si hubiera dicho una broma.

- "¿Por qué te ríes? No creo que lo que haya dicho sea particularmente gracioso"

- "No me burlo. Es solo que eso fue lo primero que me dijiste cuando te mencioné que trabajaba para la mafia. Es gracioso cómo las cosas se repiten. Parecería que lo estoy viviendo todo de nuevo"

KINNPORSCHE - LO EFÍMERA QUE ES LA FELICIDADWhere stories live. Discover now