La intimidad de las sombras

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Tardan un rato en alcanzar la puerta del vestíbulo, tratando de sortear a toda la gente con la que se cruzan. Hablan unos minutos con Parkinson, que se ha quitado los zapatos y se masajea los pies mientras Zabini dormita a su lado en una silla y Nott charla con entusiasmo con Greengrass. Buscan con la mirada a Hermione y Ron para avisarlos de que abandonan el Gran Comedor, pero no los encuentran y Neville, que baila con Ginny, tampoco sabe decirles cuándo los ha visto por última vez. Franquean la puerta exterior bajo la reprobadora mirada de Filch, que es el único en todo el castillo que parece a disgusto con el baile. Mientras caminan, enfrentándose a la escarcha y al frío nocturno, se cruzan con una ronda de profesores, que los saludan amablemente con el tono que utilizan los adultos cuando quieren recordar con sutileza que sigue habiendo normas que respetar sin enfriar el ambiente existente.

Malfoy no ha soltado la mano de Harry en ningún momento, pero tampoco parece llevar un rumbo fijo, perdiéndose entre los rosales que rodean al castillo en las secciones exteriores que los alumnos utilizan como patio de recreo habitualmente. Hay gente sentada en los bancos, no sólo parejas, también grupos de amigos que hablan, ríen y cantan, desinhibidos por la euforia del baile. Cuando se alejan un poco de donde la mayoría de la gente está, adentrándose en los recovecos del cuidado jardín francés a través de un camino que zigzaguea a través de los rosales iluminados por diminutas hadas de colores que revolotean entre las hojas y las espinas de los arbustos, Harry cree ver a Delacour y Davies, su pareja, en uno de los rincones oscuros. El chico jadea rápidamente, susurrando alguna palabrota entre medias, y Harry aparta la mirada al comprender qué ocurre, turbado.

Unos metros más adelante, en uno de los rincones que el castillo ofrece, Krum besa a Ron. Malfoy se detiene, levantando una ceja para expresar diversión sin hablar. Harry le indica que siga caminando, pues no quiere interrumpir a sus amigos, pero Malfoy es renuente y, para cuando pone en marcha, Harry, colorado, ha visto cómo Krum besaba a Hermione y luego cómo su amiga se acercaba a Ron sin dudar. Ahora sí parece que Malfoy lo esté guiando a alguna parte, porque camina con más determinación, aunque Harry no sabe dónde. No es hasta que el chico no se para en otro de los rincones oscuros que ofrece el castillo que Harry comprende que sólo estaba buscando un lugar que les ofreciese una intimidad similar a los del resto de sus compañeros. Harry se apoya en la pared y Malfoy, de pie enfrente de él, lo acorrala. En un gesto automático, Harry le rodea la cintura con los brazos, igual que ha hecho mientras bailaban la última canción. Complacido, Malfoy se deja hacer y se acerca más a Harry, tanto como cuando sus narices se han rozado en la pista de baile.

—Ahora sí puedes preguntar, Potter —susurra Malfoy—. Lo digo porque, como dices que no captas bien las sutilezas, a lo mejor no te has dado cuenta de lo propicio que es el ambiente para ello.

—Calla, idiota —gruñe Harry, riéndose entre dientes. Él sí que se siente un poco idiota, sonriendo todo el tiempo desde que el baile ha empezado, pero es que no había imaginado que se lo fuese a pasar tan bien o que Malfoy fuese a ser un acompañante tan atento y agradable—. A lo mejor debería haberte invitado al baile antes.

—Sí, deberías —dice Malfoy, que no parece desorientado porque Harry haya completado un pensamiento en voz alta—. Porque ya le había dicho a Pansy que íbamos a venir como amigos y le sentó como una patada que le dijese que prefería venir contigo. He tenido que hacer muchos favores para compensar lo que, en sus palabras, ha sido una traición a la amistad, porque nada, y cito textualmente, nada está por encima de los amigos. —Harry, que apenas es capaz de distinguir el gris de los ojos de Malfoy en la oscuridad por lo dilatadas que este tiene las pupilas, traga saliva, sonrojado, al comprender a qué se refiere Malfoy.

—Estás muy hablador —constata Harry, sin estar seguro de que esta nueva sinceridad de Malfoy, explayada y tranquila, sea un cambio que pueda asimilar tan rápido.

Yule Ball [Drarry - Harco]Where stories live. Discover now