35.

74 14 2
                                    

[Xavier]

—¿Que piensas hacer más tarde? —Pregunte.

—Quiza vaya a el entrenamiento.... O quizá siga a Ámbar hasta su casa —Contesto Ricky, encogiéndose de hombros restándole importancia —No tengo algo totalmente planeado ¿Y tu?

Estábamos caminando por el pasillo del instituto disfrutando de nuestro tiempo de receso y platicando sobre tonterías.

—No iré al entrenamiento.

—¿Abandonaras el equipo?

—No lo sé... Es decir, ya no estoy obligado a estar allí, pero tampoco quiero fallarles.

Pude observar de reojo la figura de alguien pasar cerca de nosotros, necesitaba hablar con esa persona. Me disculpé con Ricky y caminé apresuradamente hasta alcanzarlo.

—¡Espere! —Pedi al ver que estaba a punto de entrar a un gran salón.

Él se volteó en mi dirección algo sorprendido, me dedico una sonrisa y luego me contestó.

—Dubois, Un gusto poder volver a verlo.

—Profesor Jacob —dije con la voz entre cortada debido al esfuerzo que había hecho al correr.

—¿Sucedió algo? —Se asomó detrás de mí —¿Donde estan Dereck y Ricky?

—Creo que están en el patio —Frunci el ceño —Ehm... De casualidad... ¿Usted recuerda el nombre de aquella chica? Usted me entrego su tarjeta ¿Recuerda?

Él sonrió.

—¿Por fin has decidido?

—He tardado tres años, pero si, esto es lo que quiero hacer toda mi vida.

Sus ojos se iluminaron al ver mi emoción.

—Quiza aún haya algún sitio para ti —Reviso el bolsillo de su chaqueta, saco un tarjeta negra y me la ofreció —Despues de todo el equipo quedó fascinado contigo.

—Gracias, en serio muchas gracias.

El señor Jacob entro al salón de profesores luego de que le agradeciera. Él había sido mi profesor de guitarra durante mis dos primeros años de secundaria... De hecho lo considero mi maestro, me enseñó casi todo lo que sé. Creyó en mi e intento convencer a mis padres hace algún tiempo de que esto era para lo que yo estaba hecho.

Cuando inicié el tercer año dejamos de ver clases de música, el tiempo que gastaba allí lo invertí en el equipo..., pero en las noches cuando llegaba a casa no importaba que tan cansado estaba, tomaba mi guitarra y practicaba todo lo que me había enseñado. Luego vi algunos vídeos para aprender cosas nuevas, aprendí a tocar algunas canciones en particular.... Hasta hace poco que cree una propia.

No necesitaba a nadie que me dijera que lo hiciera, conmigo bastaba. Estaba seguro de que quería aprenderlo, pero no quería admitirlo por miedo a no ser aceptado por mis padres.

El timbre sonó anunciando la próxima clase y sacándome de mis pensamientos. Negué con la cabeza intentando concentrarme y me encaminé hasta el salón de clases.

[**]

Me encantaba venir al parque a tocar, el aire fresco, la gente que estaba relajada caminando... Me inspiraba. Un chico estaba dándole su helado a su novia ya que el de ella se le había caído al suelo hace un rato. Vaya, no puede evitar pensar en Aly en toda la tarde.

—Vaya, vaya, lo que se encuentra uno por la calle, Palo. —Escuche su voz burlarse de mi.

Levanté la cabeza algo desconcertado y la miré.

El Diario De Una Lectora ✓ [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora