Entrevista

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Te levantaste y tu abuelo te miraba emocionado.

— Te irá muy bien, nos avisas cuando llegues y dónde te quedarás.

— Si, abuelo.

— Aún puedes arrepentirte mi niña. — Dijo tu abuela.

— No hagas eso, tu puedes con esto y más. — Dijo tu abuelo. — Ella estará bien. Es una joven fuerte y hermosa. ¿Como dicen los jóvenes de ahora? Chingona, mi niña.

Asentiste. Eran los ánimos que necesitabas.

— Muy bien mucha suerte. — Dijo tu abuela preocupada

...

— ¿Y cuando son las entrevistas? — Pregunto Iván a Ovidio mientras sostenía a la pequeña que jugaba con una cuchara en sus piernas.

— Mañana. — dijo divertido viéndolo. — ¿Ya te encariñaste?

— Un poco. — Admitió.

— Awww. El pequeño mounstro ya se ganó a todos. — dijo Alfredo. — Ven aquí pequeña bola de grasa. ¿Por qué todos te quieren tanto? — Alfredo levanto a la pequeña dejándola sobre su cara. En eso paso algo que ninguno de los tres imagino.

La bebé regreso la mitad de la leche sobre la cara de Alfredo.

Iván y Ovidio no pudieron evitar soltar la carcajada.

Ambos reían como locos viendo a Alfredo completamente cubierto de leche.

La pequeña empezó a reír también al escucha como la risa de Iván y Ovidio inundaban el lugar.

— Ten. — Dijo molesto Alfredo a Iván.

La pequeña seguía riendo como festejando su pequeña maldad.

Ovidio empezó a limpiar sus lágrimas de la risa. — wey, te lo juro. De todas las cosas que imaginé que podían pasar. Jamás, imaginé esa.

— Creeme que yo tampoco. — dijo Alfredo molesto. — Ya cállate pendejo

Iván seguía riendo con su risa burlona — Que amargado andas. Te falta coger. — Dijo Iván

— De hecho. Tome una decisión. Si tú tienes a tus putas de limpieza. Yo contrataré una para mí. Pobre de ustedes que la toquen. Va a ser solo mía. — Advirtió Alfredo limpiándose la cara yéndose de la cocina.

— ¿Y cuando me dijiste que son las entrevistas? — volvió a preguntar Iván

— Mañana, ya te dije que mañana, Iván

— Aaah. ¿Y serán puras jóvenes?

— De hecho son puras señoras y una sonaba algo mayor, ya cómo viejita... Una mentada Selena. Pero parece estar bien preparada.

— ¿Dónde viste el anuncio?

— El periodico.

— No mames ya nadie lee el periódico.

— Pues por lo mismo. Otro rasgo de que seguro es señora mayor.

— Entonces no me interesa. Igual me voy hoy en la noche y llegó hasta el sábado.

— Pues si son niñeras, verga. Para la bebé. No otra de tus putitas.

Iván subió los hombros en señal que no le importaba y le pasó la bebé a Ovidio.

— Iré a hacer mi maleta.

...

Después de unas horas de viaje llegaste a la ciudad, jamás habías estado ahí. Pediste un Uber al que parecía ser un buen hotel que ya habías visto por internet.

Una vez ya instalada llamaste a tus abuelos para decirles que estabas bien y preparas tu ropa para la entrevista.

A la mañana siguiente te levantaste temprano a pesar de que la entrevista era a las 9, estabas lista, no te maquillaste mucho y se pusiste un pantalón de vestir. Una blusa formal manga 3/4 y con escote en V pero no muy pronunciado. Tu collar de la virgencita y pediste un Uber. A la dirección.

...

— Mi nombres es María José. — decía la señora sería muy elegante sentaba en la sala de la casa de los chapitos.

— Mucho gusto, oiga. — Dijo Ovidio.La señora puso una mala cara al escuchar el "oiga" y ovidio lo noto.  — ¿Tiene experiencia en niños?

— Claro que sí, fui directora de un kinder y fui maestra varios años.

— Pues es una niña de año y medio y queremos una buena educación para ella.

— Me parece bien. Una educación a temprana edad es fundamental, para no tener adolescentes rebeldes en un futuro.

La pequeña miraba sería atenta a la señora y después a Ovidio, parecía que decía. "Ella no"

A ovidio no le convencía mucho. Pero tal vez alguien a al antigüita le haría bien a la bebé.

La señora tomo a la bebé y está lloraba y ponía su manita en el pecho y movía su cabeza freneticamente intentando alejarse de ella. Después de un correctivo, la pequeña solo sollozaba despacito pero se quedó quieta en los brazos de la señora, mientras miraba a Ovidio.

"Me mira con odio" pensaba Ovidio

Ovidio agradeció y le dió a entender que sabría de su decisión más adelante.

Ya solo quedaba la que era una señora mayor.

Estaba sentado en la sala cuando una joven atravesó la puerta.

Ovidio se paró de inmediato asombrado.

— Hola. Buenos días. — Dijo ella con una sonrisa. — Soy Selena

— Hola. Mucho gusto. — Dijo Ovidio extrañado.

Después de una plática muy amena mientras Selena cargaba a la pequeña y le hacía cariñitos y está reía. Ovidio sentia que había encontrado a la niñera perfecta. Luego sintío algo de pena y culpa al darse cuenta que la joven le había atraído. No quería dejarse llevar por eso así que dió el mismo discurso donde él avisaría de su decisión

Duro el día siguiente entrevistando más pero ninguna encajaba con la pequeña.

Miraba su libreta una y otra vez dónde tenía a notado los pro y contras de Selena

Suspiro. Era ella.

La pequeña luz de tu oscuro corazón Onde histórias criam vida. Descubra agora