El ladrón del rayo

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- Adara! Estas escuchando me?!
Adara levantó la cabeza de golpe para mirar a su padre mirarla seriamente.
Adara se acomodo en su trono y respondió
- Si por supuesto, Poseidón malo, Zeus bueno.
Pudo oír a sus hermanos reírse y a su padre volver a quejarse, hacia unas semanas el rayo maestro de su padre había sido robado algo muy preocupante pero que realmente no le importaba mucho. Estaba muy aburrida con su vida, sabía que tenía menos de 100 y que era considerada una niña entre los dioses, desde pequeña fue amada por toda su familia, entrenada por todos ellos, siendo una mini copia de su padre en todo menos en personalidad y ahora estaba aquí sentada, desde que con 18 formó parte de los Olímpicos oficialmente las cosas habían sido más difíciles, por supuesto, los humanos no sabían de ellos, no era la antigüedad pero el trabajo siempre estaba ahí, como diosa de la vida solía observar a la gente, como si fueran telenovelas. Los del campamento mestizo no sabían de ella, no por nada malo simplemente decidieron esperar un poco más, además ella no tenía hijos, cosa de la que había hablado con su madre.
Quería tener una vida humana aunque fuera solo una vez, conocer a alguien, enamorarse, tener hijos, luego al morir su enamorado volvería a su rutina, por supuesto eso era imposible, nunca lo permitirían.
Se recostó en su asiento escuchando los gritos de su padre y su tío, ella no creía que Poseidón tomara el rayo, era algo que solo el paranoico de su padre pensaba.
- Podéis iros- dijo Zeus de mal humor.
Con una sonrisa Adara desapareció en el aire apareciendo en su templo que estaba al lado del de sus padres.
Allí se sentó en el sofá y encendió un gran televisor viendo el campamento mestizo, hoy tocaba captura la bandera y aunque no lo dijera era su juego favorito.
Había un chico nuevo, noto, era pelinegro y ojos verdes y llevaba un escudo más grande que él, se preguntó quién era su padre divino y mentalmente decidió ver su vida al acabar.
Mucho se sorprendió cuando el niño fue reconocido por Poseidón, no podía ser, su tío rompió el trato. De un salto se levantó y se teletransporto al consejo olímpico habían sido convocados por su padre que parecía un tomate de lo rojo que estaba.
- Tú!!- grito señalando a Poseidón - como te atreves a romper el trato.
- Tú lo hiciste tambien- se defendió Poseidón.
Adara recordó a Thalía su media hermana, su historia fue triste pero fue una auténtica guerrera.
- Usaste al chico para robar mi rayo!!!- dijo Zeus.
- Por favor eso es estúpido, el niño no sabía que era un mestizo hasta hace una semana- dijo Adara defendiendo al semidiós.
Poseidón la miró agradecido mientras Zeus decía como un loco.
- Me da igual! Si no tengo mi rayo habrá guerra!! Y tu hijo será el primero en morir!!
A partir de ahí todo empeoró, los dioses se dividían su familia lo hacía y ella no sabía qué hacer, quería a su padre pero no creía que Poseidón robara el rayo así que se mantuvo en su templo viendo la misión de Percy Jackson siendo este la única esperanza de solucionar el conflicto de manera razonable, por eso cuando Ares intento arruinarlo todo no tuvo otra opción, en un resplandor apareció entre Ares y Percy parando la pelea, Percy no sabía quién era mientras Ares tuvo miedo porque de esta no se libraba.
- como pudiste Ares!- dijo Adara- deja al semidiós y devuelve lo robado o Zeus se enterará de todo.
- Pero...- dijo Ares
- Pero nada!
De un puñetazo lo mandó lejos y recogió el casco de Hades que se había caído al suelo, dándose la vuelta se encontró con 2 semidioses y un sátiro muy sorprendidos.
- ¿Quién eres tú?- pregunto Annabeth.
- Soy Adara, hija de Zeus y Hera- dijo mientras le lanzaban a Percy Jackson el yelmo de Hades.
Los niños parecían sorprendidos.
- No me suenas- dijo Annabeth.
- Soy relativamente joven, tengo 56 años, pero creo que deberíais llevar todo junto su dueño- dijo señalando el yelmo y el rayo.
Los niños parecieron darse cuenta y se despidieron mientras Adara desaparecía, al poco rato se enteró, Percy Jackson hablo sobre ella, ahora no de un misterio y ya estaban construyendo su cabaña que vergüenza, su padre entendió los motivos de revelarse pero Adara podía ver la decepción en sus ojos.
Ella no era tonta había oído a Jackson sobre Cronos, si el titán se alzaba sería el final, muchos dioses caerían y entonces el mundo la derrumbó de un golpe, podría hacer pensar a todos que Cronos la mato, ellos esperarían a que se volviera a regenerar pero ella tendría un vida normal, solo había que esperar el momento, el plan estaba en marcha pensó Adara.


Adara y la piedra filosofal (PJ x HP)Where stories live. Discover now