Capítulo 46

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Sostengo en una mano mi taza de chocolate caliente, preparada especialmente para mi por parte del barman Kyle Adkins, quién armo todo un show para entregarme una deliciosa bebida, no me quejo, pero fue realmente exagerado, el sostener una toalla de cocina en su hombro y ponerse un delantal, sin contar como sirvió la bebida con delicadeza... me gusto que trabajara duro por mi, me sentí halagada.

Mi otra mano está ocupada entrelazada con la de Kyle mientras camina un poco más dentro de los árboles. Su otra mano lleva una lámpara de aceite, la cual es nuestra luz en el camino.

Cálido.

—¿Sabes a dónde vamos?— pregunto, aunque no me siento muy preocupada, como él dijo, mis guardaespaldas no me dejarían sola.

Espero que papá les dé una buena bonificación por ser los espectadores del nacimiento de la vida amorosa de su hija y las largas caminatas que esto conlleva.

—Por supuesto, a diferencia de ti, yo ya he venido un par de veces con mi familia— miro su rostro y tiene una leve sonrisa.

—¿Familia?— ladeo la cabeza.

—Sí, esos chicos que están cerca de la fogata son mi familia— casi puedo ver brillar sus ojos mientras dice ello.

—¿Los conoces hace mucho?— pregunto.

Kyle se detiene frente a un gran árbol, bastante alto y bastante ancho, de al menos 100 años de edad.

—Desde primaria— mira al árbol por un momento —Estaba en segundo de primaria, jugamos un partido de fútbol— me mira a mi —Logan y Blake resultaron peleando a los golpes— sacude la cabeza —Es gracioso porque ambos estaban en tercero y en el mismo equipo— sacude la cabeza mientras sonríe —Y ahí entra Alissander— menea la cabeza un poco, como si aún no pudiera creer lo que pasó en ese entonces —Un niño de primero, que los fue a regañar porque su mamá le dijo que golpear a las personas estaba mal— ríe un poco.

—¿Por qué es tan gracioso?— le pregunto, porque seguro a esa edad les decían mucho ese tipo de cosas ¿no?

—Porque dijo: Lo intente con mis hermanas, y me castigaron una semana por ello, no poder jugar con la pelota no es divertido— imita la voz de un niño pequeño.

Sonrío y sacudo la cabeza, puedo imaginarme a un pequeño niño rubio haciendo de las suyas, es una tierna imagen en mi cabeza, palabra que ya no puedo asociar con Alissander, pero con un pequeño Alissander debió ser conmovedor.

—Lo más gracioso es que hasta se para con sus manos en la cintura y todo, es realmente extraño pensar que en ese tiempo tenía un nivel de madurez mental superior al actual— Kyle sacude la cabeza y sonríe —Escogí bien a mi familia ¿no?— aunque sus ojos brillan con ilusión, sus labios lo delatan y hay un poco de tristeza en su expresión.

—Excelente— aprieto su mano —Tomas buenas decisiones, no dudes de ti— él solo me mira antes de alzar las comisuras de sus labios que me hacen sentir tranquila, él de nuevo está en paz.

—¿Sabes por qué me acerqué a ti?— la mano que sostiene la lámpara de aceite se acerca al árbol y comenzamos a rodearlo en búsqueda de algo.

—¿No dijiste que me veía muy linda en blanco?— ríe un poco y se detiene de repente.

La luz de la lámpara alumbra un tallado en el árbol, la corteza ha crecido sobre este, pero se ve que es renovado cada tanto.

—Pobre árbol, lo hieren— bromeo un poco o más bien trato de evitar que responda su propia pregunta.

—Me acerqué a ti porque una vez más creí en mi instinto y en que la hada delante de mí no era de mentiras— la lámpara se mueve en el aire, señalando el grabado una vez más —Creí en mi instinto como lo hice con ellos.

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