Capítulo 3

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—Bebe un poco— puse el vaso en la boca de Katherine, tratando de obligarla a que tomará un poco —Vamos, inténtalo— estoy algo preocupada, se niega a tomar liquido, el cuerpo humano puede sobrevivir hasta 15 días sin comida, pero no sin agua, así que mi miedo de perder a mi mejor amiga crece cada segundo que pasa.


Recopilemos, hace media hora estoy sentada en el sofá escuchando el revoloteo de mi mamá por toda la sala mientras me expresa "Que feliz la hace que estuviera saliendo con un chico" a eso encimémosle las preguntas de ¿Quién es? ¿Donde lo conociste? ¿Cuánto llevan saliendo? ¿Te trata bien? ¿Te gusta? ¿Cómo lo dejaste entrar a tu vida? ¿Cuál fue el primer tema de que hablaron? Etc., ni siquiera me había dejado contestar cuando comenzaba con su siguiente pregunta y un pequeño discurso de que es lo que ella suponía que había pasado. Si vuelvo a ver a Kyle Adkins (cosa que esperaba que no ocurriera) lo mataría, espera no, eso implicaba tocarlo y gew, sería desagradable, ya me ingeniaría como hacerlo pagar.

—Mamá, para— se detiene abruptamente y me mira con un extraño brillo en sus ojos —No estoy saliendo con él...— ella va a hablar para interrumpirme, pero soy más rápida —No me interesa hacerlo, solo es un loco que se ha planteado fastidiarme y Kate le ayuda con eso, así que ella también me las pagará, no te ilusiones, no va a pasar— el brillo de sus ojos desaparece y me mira con lastima.

Mi estomago se revuelve y quiero pararme a consolarla, ella albergaba la esperanza de que yo sea normal o al menos me sintiera como tal, pero por más que ella lo deseara, no lo veo pasando. He creado una barrera a mi alrededor, una burbuja de diamante que no pienso romper ni apartar para que un patán que solo quiere acostarse conmigo entre.

—Ma, te quiero y lo sabes, pero no importa cuánto me lo pidas u órdenes, eso no va a pasar, no quiero que nadie me toque nunca más— me paro y camino a las escaleras dando por terminada nuestra conversación.

—Nunca digas nunca— es lo último que escucho antes de cerrar la puerta de mi habitación.

Respiro hondo, parece no rendirse nunca, no puede entender cómo yo había sido tan drástica ante una experiencia traumatica, y Katherine tan condescendiente. Ella tiene que entender que somos dos seres humanos distintos y no todos reaccionamos igual ante una misma situación, algunos les ponen la mejor cara, otros la enfrentan, otros simplemente intentan olvidar y otros, como yo, simplemente cortamos de raíz y alejamos al mundo lo más que podemos; por desgracia eso no es del todo posible, somos seres sociables por naturaleza y nos guste o no, dependemos del resto de la población mundial, aunque algunos son unos malnacidos que no merecieran estar vivos.

Me tiro en la cama y tomo un libro entre mis manos, uno de los ejemplares de mi biblioteca personal, "Falsa identidad", me conformo con saber que Zanny tiene una vida tan complicada como la mía, de diferentes formas pero complicada, no importa cuántas veces lea el libro, sigue siendo uno de mis dos favoritos.

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—¡Idiota es hora de comer!— grita John mientras aporrea mi puerta, y luego tiene el descaro de decirme brusca el desgraciado.

—Ya voy, fallo de la evolución, aprende a tocar como una persona civilizada— respondo gritando mientras camino a la puerta, ahí parado se encuentra mi hermano mellizo, tan igual pero tan diferente a mí.

John White, diecisiete años, un completo idiota y mi hermano mellizo, mayor que yo cinco minutos y se vale de ello para creer que es más maduro. Estudia en una escuela diferente a la mía porque "no quiere, por ninguna razón, que lo relacionen conmigo", una total mentira porque lo escuche hablando con mi mamá mientras le suplicaba que no estudiáramos juntos "porque no soportaría ver como los chicos coqueteaban conmigo", demasiado tierno para mi gusto.

CitrusWhere stories live. Discover now