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LOS OTROS 2 DÍAS RESTANTES QUE tenían para estar juntos, antes de que volvieran sus hermanos y ellos volvieran a Tokyo, Hoshi se había encargado de que Mikey ganará más peso y el con gusto comía lo que ella le preparara porque el no iba a contrade...

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LOS OTROS 2 DÍAS RESTANTES QUE tenían para estar juntos, antes de que volvieran sus hermanos y ellos volvieran a Tokyo, Hoshi se había encargado de que Mikey ganará más peso y el con gusto comía lo que ella le preparara porque el no iba a contradecir lo que ella dijera, no es como si pudiera, la amaba tanto como para decirle «No» a ella.

Y si, durante esos 2 días, Mikey ganó peso, lo que a ella le alegro bastante y claro, cómo incluso este se comía las verduras que le daba el se merecía un premió, muchos besos y mimos para el, y como resultado era que su personalidad de cuando era adolescente regresará durante ese tiempo, lo cula a ella le daba esperanzas, muchas esperanzas.

Igual en aquellos días Hoshi se había dado a la tarea de que Mikey durmiera más de 2 horas, sin importar que el durmiera con ella y abrazado a ella mientras recibía cómodas caricias en la cabeza que lo adormilaban bastante, por lo que las ojeras ya casi no se le notaban.

Eso la hacía feliz y si ella era feliz, el también.

También el humor del peliblanco había cambiado, después de esa noche, estaba más feliz y había veces en las que expresaba sus sentimientos con más libertad, aunque claro...solo a ella.

Se había vuelto más cariñoso y mientras ellos estuvieran solos su adolecentes interior salía a flote, le hacía berrinches, hacia pucheros o muecas, no sé separaba de ella y siempre la estaba abrazando en busca de cariño o besos, al igual que cuando estaba ella se distraía el la toqueteaba.

Si, el Mikey adolecentes volvía con ella presente.

Cuando los dos días finalizaron sus hermanos volvieron y esa misma noche regresaron a Tokyo; una vez se cerró el portal la morcha entrelazó su mano con la del peliblanco y espero a que la persona a la que había llamado Mikey pasará a recogerlos y llevarlos de regreso al cuartel de Boten.

No tardó mucho en aparecer un carro negro con los vidrios polarizados, Mikey con toda confianza avanzó y abrió la puerta tracera, dónde permitió a Hoshi ir primero y después entra el, sentándose a su lado aún con las manos entrelazadas, el chófer eran dos personas, una de cabello corto y otra de largo, ambos tenían el morado como color de este mismo y constantemente el de cabello largo que era el copiloto los veía por el espejo, confundido, pero aún así no pregunto nada y se limito a quedarse callado y observar el camino.

— Oye Mikey... –llamo la atención, no solo del peliblanco, también de otros dos

Mikey:¿Pasa algo? –volteo a verla

— Hoy saldré, quiero ver...a Margaret-san

Mikey:¿Quieres que vallamos ahora? –acaricio su mano con su dedo pulgar

— No, no, tu tienes que descansar, quiero que esas ojeras desaparezcan

El peliblanco la observó dubitativo.

— Voy y vuelvo ¿Si?, no tardaré, tan solo es una visita exprés, quiero saber cómo se encuentra

El peliblanco asintió mientras decía un «entiendo» y la conversación acabó, lo que no acabo fueron las miradas de curiosidad, miradas que parecieron multiplicarse en cuanto cruzaron la puerta de aquella guardia, excepto de la un pelirrosa, quien con toda confianza se hacerco.

Change the ending¹ «Tokyo Revengers»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora