"Introducción"

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El sudor recorría su rostro y sus labios se entre abrían dejando escapar varios suspiros de cansancio, sus ojos se dilataron al sentir la luz directo en ellos.

Con las pocas fuerzas que le quedaban tomo su mochila y corrió rápidamente sobre la acera, un silbato se escucho y sentía que sus piernas sé rendían, pero abandonaban la idea de ser capturada.

Dio vuelta a la derecha y estaba por escapar cuando la lámpara la alumbrará, sonríe y saluda, el oficial camina a ella y está por atraparla, gira levemente su rostro, maldice al darse cuenta que está en un callejón sin salida, ve a todos lados en busca de una salida sin llamar la atención o dar indicio de su plan.

Solo ladea la cabeza y corre a su derecha donde un policía la espera, como si fuera una experta toma impulso con la caja tirada al frente y toma la escaleras de incendios, con fuerza se sujeta y sube poco a poco, los policías corren a la entrada de aquel edificio, ella suelta un suspiro.

Vuelve a tomar impulso y salto al siguiente edificio y baja por la calle principal, agradecía al cielo que los edificios estuvieran continuos.

Corrió hasta llegar al metro y subir al que iba a su destino, una enorme sonrisa se formó en sus labios al quitarse la mochila, la palmeó y dejó escapar un suspiro de alivio.

Cerró sus ojos un momento y escuchaba como una pareja iba discutiendo en el vagón, solo negó y conecto sus audífonos de diadema a su celular dejando que la playlist sonará dándole paz.

El tren se detuvo y ella bajo, camino por las calles transitadas de Nueva York y vio la torre Stark, donde vivía su más grande ídolo, Pepper Potts la mejor empresaria del mundo.

Vio por última vez a aquel edificio y siguió caminando.

30 minutos después se detuvo frente a un edificio de 10 pisos y entro, subió las escaleras y llegó a su departamento, rebusco las llaves en su bolsillo y las saco, introdujo la llave y la abrió, con cuidado de no hacer ruido mientras algunas muecas extrañas y graciosas se formaban en su rostro, al entrar cerró con el mismo cuidado y después cuidando sus pasos se dirigió a su habitación.

Llegó sana y salva, dejo la mochila en su escritorio y el viejo DVD brillo al contacto con la luz de su lámpara, siguió sacando las cosas y una USB en forma de una pluma cayó al suelo, solo se agachó y la tomo.

Dejándola en su estuche de crayones, camino al baño y se ducho con agua helada como a ella le gusta.

Se colocó su pijama de rayas y se metió en la cama, beso la foto que tenia en su buró y susurro.

«——» Buenas noches Ma — cerró sus ojos dejando que el sueño le llegará

Su madre trabajaba demasiado para poder atenderla y a veces no llegaba a dormir e incluso solo iba los fines de semana, pero ella sabía una cosa, su madre la amaba demasiado.

La puerta de su habitación se abrió sin cuidado ni mucho menos silencioso, un grito resonó en aquel departamento y sus ojos se abrieron.

«——» ¡Andy! — sin levantarse dirigió su vista a su madre quien yacía en la puerta con sus brazos cruzados — ¿Ahora que hiciste?

Estaba por negar algo cuando la policía irrumpió su habitación y la obligó a salir de la cama.

—— Andy Hansen, estas arrestada por dejar la ciudad de Queens sin luz y probar un objeto peligroso en vía pública

Su vista se dirigió a su madre quien negó repetidas veces.

«——» Deme un momento por favor — el oficial asintió y ella llamo un numero que respondió a los tres tonos — necesito otro favor — rodó los ojos

Le tendió el teléfono al oficial y este asentía apenado, se disculpó y salió.

«——» Perdón mamá — salió casi audible y su madre solo sonrió —

«——» Andy — la vio — ¿Cuando será el día que llegue a casa y estés dormida en realidad y ningún policía o vecino venga a reclamar algo? — ella tomo aire — se que es difícil pero te prometo que jamás tendrás que usarlo

«——» Te juro que está vez iba a funcionar mamá — sus ojos se llenaron de lágrimas — solo falta

—— Que los rayos den directo en las antenas — su vista recorrió el piso y Andy asintió — ya casi lo solucionamos solo nos falta encontrar una partícula o mejor dicho que nada lo altere y te juro hija mía que podrás estar bien — beso su cabeza y salió de la habitación

«——» Yo solo quiero mi mano de vuelta — soltó al ver su mano de metal y dejarla en su mesa de noche para poder dormir bien

Hace años la había perdido por culpa del cáncer el cual jamás la abandonaría, se recostó y durmió o mejor dicho fungió estar dormida para poder dormir.

Somos Un Desastre | Pietro Maximoff |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora