CAPÍTULO 4 (UN EXTRAÑO EN MI CASA)

25 8 27
                                    

LUNES 20 SEPTIEMBRE


Al ver la casa, ella uso su pie derecho para parar el monopatín y subirlo hasta la altura de su cintura, ella lo cogió y se lo puso debajo del brazo.

Cogió las llave y las metió en las cerradura, cuando fue a abrir la puerta, está se cayó de golpe al suelo dejándola con las llaves en la mano.

Yumei- ¿Pero que? Ella entró a su casa esquivando como pudo la puerta en el suelo, dejó su monopatín apoyado en la pared de la entrada y camino hasta la cocina.- ¿Hay alguien?

Al no obtener respuesta entró en la cocina y fue hasta la nevera, la abrió y de ella cogió una jarra de zumo de naranja y se hecho un poco en un vaso de cristal azul.

Lo aguardó de nuevo y cogió el vaso pegando un sorbo del líquido, ella miró en la puerta de la nevera que había una pequeña nota, ella la cogió.

Yumei,

Cuando hayas vuelto de clases quizás no te encuentres con nadie, eso se debe a que tu hermano está en una nueva película y tu hermana está con el presidente y su hija Bobbi, en cuanto a mi, me he tenido que quedar hasta más tarde, pero tranquila, estaré para la cena.

Besos, mama.

Ella arrugo la nota y la tiró a la basura, bebió el último trago que le faltaba y dejó el vaso en el fregadero, salió de la cocina y se quedó mirando por unos segundos la puerta en el suelo.

¿Que se supone que iba a hacer con ella? ¿Como explicaría que de repente se cayó? Seria difícil.

Ella subió las escaleras y abrió su puerta de su cuarto, está vez más despacio por si volvía a pasar, ella suspiró al ver que seguía en su sitio después de abrirla del todo.

Dejó la mochila al lado de su escritorio y se dirigió a su cama, ella se quitó las zapatillas y las dejó al lado de su cama, luego volvió hasta la mesa.

El lagarto había abierto su mochila y había salido por su cuenta, ahora se encontraba en su escritorio.

Yumei- Vaya, eres un bichito muy listo. Ella cogió su silla de escritorio y se sentó en ella acercándose a la mesa, ella miró al animal con curiosidad.- Eres raro, eso me gusta.

El monstruito la miró y volvió a hacer ese ruido de felicidad, luego prosiguió a estudiar su escritorio.

Ella levantó la mano y la acercó al bichito, acarició su espalda lentamente sintiendo su piel suave.

Yumei- Creo que tu y yo seremos muy buenos amigos. Sonrió.- Mm, ¿tienes nombre, amiguito?

El lagarto la miró y ladeó la cabeza, luego se alejó de ella y de su mano y fue hasta un boli, ella cogió el boli y lo miró.

Yumei- ¿Que quieres decirme con esto?

El bichito corrió hasta una estantería de libros y fue hasta la última leja donde la niña guardaba sus libros viejos de cuando era pequeña, alzó su patita y golpeó un libro del abecedario.

Yumei- ¿El abecedario? Ella chasco los dedos al saber a que se refería el animal.

Llegó a la estantería con la silla y cogió el libro del estante, volvió a la mesa y dejó allí el libro mostrando una página donde salian todas las letras.

Yumei- Bien, a ver cual es tu nombre.

____________________________________

Después de unos largos minutos, ella acertó con todas las letras y formó el nombre del bichito. ¡Su nombre era Bruni! Incluso con ese nombre no podía hecharlo, por eso ella decidió que se lo quedaría.

Oyó pasos abajo, abrió la puerta y se asomó por el pasillo, el lagarto se le subió al hombro y también miró.

Yumei- Mama, ¿eres tu?

Nadie contestó y eso la asustó mucho, fue a la habitación de su madre y cogió el bate de béisbol de su padre, salió del cuarto, antes de bajar los escalones, se puso sus zapatillas para luego bajar las escaleras aún con Bruni en su hombro.

Se detuvo al ver a un hombre musculoso con pasamontañas dentro de su casa, llevaba una pistola y estaba robando los trofeos y los cuadros del salón.

Caminó lentamente hasta el sin hacer ningún ruido, alzó el bate y se preparó para darle, sin pensarselo dos veces, golpeó el objeto contra su cabeza y esté se desorientó un poco mientras se cogía de la estantería donde se encontraban los trofeos.

Yumei golpeó de nuevo su cabeza y esta vez el hombre cayó al suelo inconsciente, ella suspiró mientras dejaba caer el bate al suelo.

Corrió hasta su habitación y cogió su móvil, luego volvió a bajar mientras marcaba el número de su madre, en el proceso su pie resbaló y cayó de boca hasta el suelo.

Cuando abrió los ojos, su boca se abrió a la ligera llena de sorpresa, no se había caído, ni siquiera había tocado el suelo, ella estaba flotando. ¿Como es eso posible?

Ella descendió hasta que sus pies tocaron tierra, sin pensar más en lo que había pasado, lo dejó atrás y llamó a su madre, esperó hasta que ella contestará y cuando oyó el contestador, colgó.

Yumei- Mierda mama. Ella llamó a otro número y esperó a que contestarán.

-Comisaria de Milton de Boston, ¿en que puedo ayudarle?

Yumei- Necesito una patrulla ahora mismo, mi madre no me contestó a la llamada y ahí un hombre en mi casa que a intentado robarnos.

- ¿Yumei? Preguntó.

Yumei- Si, soy yo, por favor envía una patrulla Clint.

- Marchando. Avisaré a tu madre.

Yumei- Vale, gracias. Finalizó la llamada.

Ella observó al criminal todo el tiempo, Bruni se bajó de su hombro y se puso en su regazo, este la miró con una sonrisa, ella acarició su cabecita mientras seguía mirando al hombre.

Ella apartó la mirada de él cuando escuchó sirenas a lo lejos, al fin llegaban. Oh, mierda, se le había olvidado por completo la puerta.

A TRAVÉS DEL ESPEJO 1 (COMPLETA) ✔Where stories live. Discover now