Referencias

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La situación de Yuuta dentro del juego había sido mejor de lo que el esperaba. Encontraba a gente razonable pero también encontraba a personas exasperantes que no tenían la suficiente fuerte de vencerlo.

"Acabemos con esto," Yuuta pensó antes agarrar el estuche de su katana. Frente a el se encontraban dos maldiciones de niveles medio, sin embargo, ellos dos creían que serían mas fuerte que él.

"Es increíble que una pareja logré asesinar como si estuvieran en una cita. Ustedes sí que han logrado superar las expectativas del romance," Yuuta comentó tranquilamente, pero aquella pareja frunció el ceño al sentirse ofendidos por su comentario.

"Te quitaré todos los puntos junto a esa maldita sonrisa, casanova," Aquel hombre mencionó antes de alzar su mano hacia la dirección donde se encontraba Okkotsu, quién se mostró aturdido por su apodo, bajando levemente su defensa.

¿Casanova? ¿Acaso eso parecía al hablar tan confiadamente? Esa era una gran mentira. Si bien Yuuta tenía la confianza suficiente de sí mismo, él tenía el peor historial en el amor. Por lo cual decirle que era un casanova no solamente lo molestaba, sino que también le provocaba inseguridad.

Pero antes de que Yuuta se levantara para desvainar su katana, el ligero viento a su alrededor arrastró una palabra tan fría que provocó al tiempo detenerse.

"Duerme."

Ambas maldiciones cayeron inconscientes ante Yuuta. Pero el joven no se limitó a levantarse, sino que su mirada se posó sobre una mano blanquecina que se extendía ante él.

En aquella mano se encontraba un anillo gris en el dedo anular, el cual Yuuta no dudó en inclinarse y besarlo con rapidez para evitar que su suciedad lo infestara.

"Pensé que llegarías más tarde," Yuuta susurró al momento antes de sentir como otra mano se posaba en su mejilla, acariciando con delicadeza su mandíbula, para luego hacer que sus miradas se encontraran.

Entre más se mezclaba el azul y morado, más oscuro se volvía el ambiente alrededor de ellos. Sin embargo, no era nada relacionado a la maldad, sino tranquilidad.

"¿Okaka?" ¿Te encuentras bien?

Yuuta no evitó derretir aquel caparazón alrededor de su corazón al escuchar a aquella persona. Era imposible mantener su expresión seria si ante él se encontraba aquel hombre.

Inumaki ligeramente inclinó su cabeza al no obtener respuesta del joven. El cuello abierto de su sudadera se deslizó lentamente, mostrando dos bellas marcas sobre su rostro.

"¿Yuuta?"

Esta vez el mayor volvió a examinar la mano que se presentaba ante él. Su brazo izquierdo se veía intacto, sería imposible creer que días atrás ese mismo brazo había desaparecido.

Yuuta sintió tranquilidad al notar que su compañero volvía a ser como antes y no aquel hombre herido que había encontrado días atrás.

"Te vez más recuperado, ¿Cómo ha funcionado?" Yuuta preguntó antes de agarrar la mano y alzarse del suelo, dejando suaves caricias sobre el anillo que Inumaki portaba.

Días atrás, cuando Yuuta había pedido permiso para ver a Inumaki, los jefes mayores le prohibieron la entrada y le ordenaron ir en busca de Itadori con el fin de ejecutarlo. Y justamente es lo que pensó realizar al saber que Inumaki había perdido su brazo por culpa de Sukuna.

Pero como él también había sido perdonado por todos los crímenes que su maldición había cometido, sabía más que nadie que Itadori era inocente y la siguiente forma de vengarse sería sacar a Sukuna de Itadori.

¿Cómo replicar la técnica del discurso maldito? Por Okkotsu Yuuta.Where stories live. Discover now