𝟎𝟔. Jealousy.

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𓆉

06. Celos.

 Celos

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𓆉

Cómo era de costumbre, cada veranos se celebra el cumpleaños de Belly. Todos en la casa le regalaban algo especial para su cumpleaños, Kay no había tenido tiempo para comprarle algo a Belly, porque tenía su mente en otra parte, así que decidió levantarse temprano para hornear unas donas que a Belly le encantaban.

Se pasó dos horas en la cocina tratando de hacer las donas. Entre que Jeremiah trataba de arrebatarle un poco del glaseado de las donas que estaba preparando y Steven quien quería una dona, así que Kay los regaño a ambos chicos sacándolos de la cocina.

Era hora de abrir los regalos, así que todos estaban reunidos en la sala. Belly ya tenía todos sus regalos abiertos, solo faltaban el de Conrad y el de Kay.

— Ten. Espero tenga buen sabor, no sabía que regalarte exactamente este año pero hice algo que te gusta. — Dice Kaylee entregándole la caja con donas hechas por ella misma.

— Gracias Kay. De seguro están deliciosas. — Dice Belly sonríendole agradecida.

— Conrad, ¿Tienes un presente para Belly? — Susannah le pregunta a su hijo.

— Lo siento, lo olvidé.

Kay miro a Belly quien borro su cara de felicidad en cuestión de segundos.

— No tranquilo. Tampoco estaba esperando algo. — Dice Belly desanimada.

Conrad observó su celular, Kay arruga sus cejas para luego ver qué se levanta del sofá.

— Lo siento me tengo que ir... Feliz cumpleaños, Belly. — Conrad sale de la casa de forma rápida.

— Oye, ¿Por qué no tomamos mi auto y prácticas para tu examen antes de buscar a Taylor? — Propone el rubio.

— Claro. — Dice Belly contenta.

Ambos se fueron, haciendo que Kay los mirara mordiendo su mejilla por dentro. A veces sentía celos de Belly por estar con Jeremiah, nego con la cabeza sacando aquellos pensamientos de su mente.

— ¿Estás bien, querida? — Pregunta Susannah.

Susannah sabía que esté era el primer verano en que la chica la pasaba sin su madre, sabía que aún era un tema delicado para ella que quizá ahora aún no estuviera lista para hablarlo, así que como siempre no la forzaba a hablar de aquello.

— Si, la verdad me sirvió volver, he estado mejor que nunca. — Murmura la chica amablemente.

— Eso nos alegra. — Dice Laurel sonríendole.

De pronto Kaylee siente que llaman a la puerta de la casa. Así que se levanta para abrir, al abrir la puerta ve a su mejor amigo para luego el rubio de ojos azules entra a la casa saludando a las dos madres.

𝗠𝗬 𝗦𝗪𝗘𝗘𝗧 𝗦𝗨𝗠𝗠𝗘𝗥 ; Jeremiah Fisher Where stories live. Discover now