Jimin no es bueno en matemáticas, Taehyung es un prodigio en ellas.
Jimin quiere salvar su curso, Taehyung puede ayudarle.
Jimin tiene 16 años, Taehyung cumplirá 24.
Jimin y Taehyung son vecinos.
Jimin tal vez se enamore, Taehyung tal vez ya lo est...
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Pov Jimin:
Después de empezar a llorar y caer al suelo, no supe nada más, no hasta que volví en sí y me encontré envuelto y abrazado por Taehyung, en su cuarto, en su cama.
Me le quedé viendo por un momento, tratando de asimilar lo que había pasado, un terrible ataque de pánico, eso era, y el sujeto que tengo frente mío parecía muy asustado.
Cuando pude recuperar mi respiración junto con mi voz y valentía, me dispuse a hablar.
—¿Qué acaba de pasar? —Es difícil soltar las palabras, pero hago mi mayor esfuerzo.
—Dios, Jimin, no lo sé, simplemente te perdiste.
—Suelta, me quiero ir —mencioné irritado.
—No voy a dejar que te vayas sabiendo lo que acaba de pasar.
—Bien, ¿Qué quieres?, ¿quieres que juguemos a que eres un psicólogo? —dije riendo sarcásticamente.
—Deja tu maldito sarcasmo, me estás agotando la paciencia con ello —comentó bastante molesto.
—¡Pues déjame tranquilo!, ¡déjame! —grité dando golpes al pecho del adulto.
Taehyung respiró profundo, comprendiendo la molestia que tenía, me tomó de las manos, delicado, separándose lentamente, cedí ante ello y me tranquilizó.
Mientras Taehyung me tenía tomado de la mano, aprovechó para guiarme hasta la sala y sentarse en un sillón para poder conversar de manera más amena.
—No soy un psicólogo, pero quiero entender que sucedió, y si es posible, ayudarte. —Sus palabras me hicieron sentir raro, él mantenía su mirada gacha.
—Es algo complicado, Taehyung, no es algo que vaya por la vida contando —suspiró con tristeza.
—Comprendo eso, pero, hace un rato, no parecías tú, y eso... eso —Le callé interrumpiendo.
—¿Eso no es muy bonito?, claro que no, pero prefiero guardarlo conmigo mismo, muchas gracias.
Decidí levantarme e intentar irme, pero Taehyung parecía picado con el tema de lo que había sucedido.
—Déjame ayudarte, Jimin.
—No, yo... yo... —Fue su turno de interrumpir.
—¿Alguien más sabe lo que te pasa? —Su pregunta me heló, claro que nadie más sabía, nadie debía saber.
—No, al parecer, eres el único, el primero, y el último en saber esto, no quiero que se vuelva noticia.
—¿Algo tiene que ver tu padre? —Sé que su tono fue cauteloso, pero me movió toda el alma, claro, ¿Quién no sabía del pobre Jimin, abandonado por su padre?
—Te voy a pedir, que en tu vida vuelvas a mencionar a ese tipo, padre mío, no es. —Ahora estaba rabioso, decepcionado, nostálgico, de a todo lo que dolía.
—Sí, lo siento, no lo pensé. —Su rostro se veía preocupado, el mío seguro era reflejo de dolor.
—Si de verdad quieres ayudarme, pongámonos al día con las asesorías. —Mi tranquilidad ha aumentado, suspiro y sé que ahora puedo irme sin retenciones.
—Jimin. —Taehyung me llama una vez que estoy en la puerta, apunto de salir.
—¿Si? —respondo dándole la espalda, sin moverme.
—Aún eres ese pequeño príncipe que prometí cuidar, la oferta sigue en pie, puedes tomarla cuando quieras.
No esperaba eso, pero me trajo recuerdos, quizás había olvidado que Tae era un buen amigo a la hora de jugar, un Tae que se convirtió en un hombre ocupado, las edades son muy lejanas, pero tal vez su cariño permanecía.
Mi duda era, ¿realmente mi cariño por él se había acabado?, quise odiarlo por dejarme sólo, pero, aquí estoy, feliz de que recuerde su infantil promesa.
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