Una oportunidad Jennie

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La alarma de su celular anunciaba un nuevo día, y cualquier "Lunes" el día más odiado por Jennie, con pesades abrió sus ojos, soltó un quejido mientras se estiraba a lo largo de la cama, se sentó a la orilla del colchón mientras tallaba sus ojos limpiandolos, de mala gana fue al baño de su habitación, estiro la cortina y entró en la ducha, aún su vista no enfocaba bien, por lo que tomó la perilla del agua fría y la abrió.

— ¡Ahhhhh! — gritó por la sensación del agua fría en su espalda, en pleno diciembre — Malditos lunes de mierda — dijo mientras cerraba la perilla del agua y cambiaba a la otra del agua caliente, un sonido de alivió escapó por sus labios al sentir el agua a la temperatura perfecta, para esos climas fríos.

— Mi amor, ¿te encuentras bien? — preguntó su mamá del otro lado de la puerta. — Escuché un grito — dijo mientras pegaba su oído a la puerta para escuchar mejor.

— Si mamá, estoy bien, ya sabes el primer accidente del lunes — contestó ella, su madre negó, con una pequeña sonrisa en su rostro y salió a la cocina para preparar el desayuno.

Jennie continúo con su baño, al final tomó su toalla y colocó alrededor de su cuerpo, cerró la regadera y se dispuso a limpiar sus dientes aún en toalla. Salió del baño, se dispuso ir a su mueble donde guardaba su ropa, escogió su ropa interior y unos pantalones, también sacó su playera distintiva de su universidad. Cuando ya estuvo lista, salió de su habitación y bajó con su mochila hacia la cocina, su madre ya estaba comiendo, tenía un sandwich en su mano y en la otra una taza de café.

— Por fin bajas — dijo su madre mientras le daba un sorbo a su café — Ya son las... — revisó el reloj que tenia en su muñeca, abrió los ojos incrédula — Mierda — dio un gran mordisco a su sandwich, tomó el saco que estaba sobre la mesa y se lo puso — Es tardísimo, espero que no haya tanto trafico — abotono su sacó tomó las llaves y salió de la casa, pero rápidamente regresó de nuevo — Jennie ven despídete de mamá — dijo su madre aún desde la puerta de la casa.

— Ya voy — se apresuró ya que su madre tenía prisa por irse.

— Cuídate, nos vemos en la tarde — dio un beso en su frente — Perdón por no prepararte el desayuno — se alejó de ella y fue hasta la camioneta, entró en ella la encendió, se despidió nuevamente de hija haciendo sonar el claxon, y Jennie se despidió con su mano hasta que perdió de vista la camioneta de su madre.

Minutos después Jennie comía su desayuno lo mismo que su madre, solo que en lugar de café era un té de limón, estaba revisando redes sociales, cuando una alarma en su celular la interrumpió, era hora de irse a la escuela, con su mochila en su espalda, tomó las llaves del auto, salió de su casa no sin antes cerrar la puerta principal girando la llave dentro de la cerradura. Camino hasta el auto ingreso en el y puso la llave dentro, giró pero al auto no enciendia, intentó nuevamente pero seguía dando los mismos resultados

— Malditos lunes — revisó la hora en su celular y habían pasado cinco minutos ahí, al observar el tablero del auto, notó que la flecha de la gasolina estaba indicando rojo — Con que eso era, ¿ donde voy a conseguir gasolina? — estiro sus cabellos por la desesperación, frustrada golpeó su cabeza contra el volante del auto, unos golpes en su ventana impidieron que continuará con su autoflajelacion, volteó observar de quien se trataba, era Irene por lo cual bajo el vidrio del auto.

— ¿Me llevas? — preguntó con una sonrisa.

— Claro, solo necesito gasolina, llamaré al número de la aseguradora, creo que ellos cubren ese servicio — contestó Jennie, mientras tomaba el celular en sus manos.

— Espera — la detuvo, tomando su mano antes de que tocara el número en la pantalla y llamara — Mi padre tiene gasolina de repuesto en caso de emergencias, tomaremos un poco y así llegaremos — le propuso Irene.

𝖀𝖓 𝕵𝖚𝖊𝖌𝖔, 𝖀𝖓 𝕾𝖚𝖊𝖓̃𝖔/𝗝𝗘𝗡𝗟𝗜𝗦𝗔Where stories live. Discover now