𝖀𝖓 𝕵𝖚𝖊𝖌𝖔, 𝖀𝖓 𝕾𝖚𝖊𝖓̃𝖔/𝗝𝗘𝗡𝗟𝗜𝗦𝗔

El primer entrenamiento

Jennie había logrado entrar al equipo, pesé al error que tuvo al inicio del set, fue aceptada. De camino a su casa Jennie con Irene sobre lo emocionante que fue, su amiga igual eufórica por volver a ver a Jennie jugar como lo hacían en la secundaria, nuevamente podía ver esa sonrisa "gummy" que muchas personas le elogiaban.
Al llegar a su casa fue la misma historia Jennie, entre saltos y brincos le contó a su madre las nuevas noticias, ella por poco y se une a su celebración de saltos, sabía que para su hija el voleibol era un religión que heredó de su abuelo, verla igual de emocionada como cuando su abuelo le enseñó a hacer su primer remate, le enterneció el corazón, todo fue alegría esa tarde y mañana sería primer entrenamiento con el equipo después de las clases

Tarde por primera vez en el semestre, era así como se despertaba Jennie para ir a la universidad, tomó sus cosas para la práctica y el balón que su abuelo le había dejado, su madre esa mañana no se encontraba en casa, cosa que no era extraña para Jennie, pues con los descanso rotativos que tenía el trabajo de su madre, a veces se iba a trabajar a las 4 de la mañana y regresar a al 1 de la tarde. Irene seguramente ya se encontraba en la escuela por lo que no la espero y arrancó su auto a toda velocidad pero aun siendo un poco prudente al conducir. Llegó tarde al primera hora su maestro de Inglés no la dejó entrar por lo que esperó afuera del salón a que las clases terminarán, cuando el maestro salió del aula Jennie entró discretamente para tomar la siguiente clase la cual era Biología, por lo que su compañera Nancy estaría con ella, y tal cual como pensó la chica pelinegra le hacía señas para que viera el asiento vacío aún lado de ella, fue hasta el y se sentó.

— Hola Jennie, ¿Que tal tu mañana? — dijo su compañera cuándo estuvo por fin a su lado.

— Pues como podrás notar, por mis ojeras, no muy bien — sonrió un poco, pero mostrando su cansancio.

— ¿Una mala noche? — preguntó.

— Más bien... una excelente noche — dijo mientras sacaba su libro, pues la maestra podría llegar en cualquier minuto.

— Podrían saber a que se debe — insistió.

— Me desvele viendo algunos videos de voleibol, y recordé buenos tiempos — dijo nostálgica.

— Oh eso es genial... — dijo mientras regresaba la vista al frente al parecer se le había acabado el tema de conversación, pero de pronto recordó algo que quería hacer — Entonces... Jennie, ¿pasaste al equipo de voleibol? — preguntó con temor pues, si su día era horrible hasta ahora, sería aún peor recordarle un mal momento en el caso que el resultado no hubiera sido satisfactorio.

— Pues... si lo logré — le mostró el pulgar y le regalo un guiño.

— Felicidades Jennie — se levantó y abrazó a su compañera.

Se quedó así por unos segundos hasta que escuchó un carraspeo de la profesora y ambas terminaron el abrazo, con los rostros algo rojos por la vergüenza de la situación.

— Bien, si terminó la muestra de afecto, comenzamos con la clase — dijo en un tono severo.

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El día continúo normal para Jennie, asintió a sus demás clases en el almuerzo comió otra vez con Nancy, al parecer no estaría tan sola lo que restaba del semestre que solo eran un días hasta el miércoles de la siguiente semana pues los resultados ya habían sido entregados en su mayoría ayer, otro semestre aprobado por Jennie.

Después de su última clase, por fin tendría su primer entrenamiento con el equipo, no mentiría si decía que estaba algo nerviosa, era su primer entrenamiento en equipo en años.