Capítulo 48: Tiempo Limitado

1K 59 67
                                    

18 de Marzo de 2021 1:19 am, Ciudad de México.

Lilith Romanov Verro.

Romanov llegó a la casa de su novia prácticamente corriendo. Los temores se estaban haciendo realidad y eso con el paso de los minutos provocó que estuviera en un estado nervioso y necesitado que la llevó a dirigirse lo más pronto hacia la casa de Aysel para hablar con ella. Ferrara probablemente estaría durmiendo, pero la gravedad del asunto la obligó a correr escaleras arriba hasta la habitación principal donde la encontró descansando junto a Honey en la cama.

La perrita se levantó de su lugar al sentir su presencia y la pelinegra se acercó hasta la cama para remover el hombro de la chica que descansaba plácidamente tras tomar unas pastillas para dormir. Aysel despertó desconcertada al verla en ese estado, se enderezó sobre la cama cuando Romanov comenzó a hablar a la carrera relatando lo que había escuchado tan rápido que Ferrara apenas si pudo entenderle.

Lilith se consideraba a sí misma una amenaza y una oportunidad, un arma capaz de ocasionar las peores y más crueles tragedias. Ese era el motivo por el que era tan valiosa para Victoria y para cualquiera que solicitara sus servicios.

Considerar que estaban en riesgo a causa de su propia jefa, no era una idea tan descabellada, pues sabían perfectamente que la lealtad con Velazco podía cambiar de un momento para otro, no se podía pronosticar un vínculo permanente que les permitiera vivir una vida tranquila ni mucho menos uno que les permitiera alejarse de ella sin sufrir las consecuencias. Velazco podía ser la razón de su supervivencia o su muerte definitiva.

—Ella tenía razón —dijo mucho más tranquila recostándose sobre el pecho de Aysel en busca de consuelo—. Mis emociones y mis impulsos son lo que me vuelve un arma de doble filo y la mejor prueba de ello fue lo que pasó en Estambul.

Romanov habló con un profundo pesar en su voz siendo consciente de quién era, lo que hizo y lo que podía hacer.

—Soy una amenaza —pronunció—. Incluso para ti.

Lo último les dolió a ambas tan profundamente que Aysel tardó en reaccionar un momento, aumentando la angustia de Lilith. Su prometida la abrazó con cariño sobando su espalda y acariciando su cabello en lo que lograba poner en palabras las emociones atoradas en su garganta.

—Amor —Aysel habló de forma comprensiva—. Independientemente de lo que hayas hecho o puedas hacer, eres una persona. Alguien con sentimientos, inquietudes y dolencias que a veces son imposibles de ignorar. Lilith, no eres un peligro, eres una mujer por la que mataría si tuviera que hacerlo.

—¿Tu amor es tan grande como para ignorar que también te pongo en riesgo? —dijo con los ojos llorosos—. ¿Cómo es que duermes tan tranquila junto a mí?

—No te tengo miedo, Lilith —fue la mejor respuesta que pudo encontrar Aysel—. No tengo por qué tenerlo. Confío en ti y no te veo como una amenaza. Incluso si tu arma me apunta, sé que no me dispararías. Para mí tú no eres una oportunidad o un riesgo, a mis ojos eres la mujer que amo y con la que planeo casarme.

Lilith necesitaba escuchar eso, una y mil veces para asegurarse de que Aysel iba a estar ahí, porque la necesitaba, la quería y la amaba con tal intensidad que temía hacerle daño. Ferrara la abrazó mucho más fuerte permitiéndole derramar unas cuantas lágrimas sobre su pecho para que se desahogara. Romanov estaba en su límite, así que tenía que relajar sus nervios antes de cualquier otra cosa.

—Mírame —pidió la castaña tomando su rostro delicadamente para hacer contacto visual—. Te amo, Lilith. Adoro cada parte de ti, incluso aquellas que no te gustan. Sin importar qué pase a partir de ahora, eso no va a cambiar. Si tengo que repetírtelo un millón de veces, lo haré hasta que te lo grabes. Yo no te veo como una amenaza.

SOUFFRANCE | Primer LibroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora