𝖢𝖺𝗉𝗂́𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗍𝗋𝖾𝗌: 𝖢𝗁𝗋𝗂𝗌𝗍𝗈𝗉𝗁𝖾𝗋 𝖡𝖺𝗇𝗀

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Christopher Bang era el nombre del cuarto y último hijo de una pareja multimillonaria, su padre Gong Chan era un dueño de múltiples lugares hospitalarios y una empresa bastante reconocida a nivel mundial, mientras que su madre Yoon-ah era una actriz reconocida en todo el mundo.

Bang en realidad no tenía mucho que contar sobre su vida y menos de su niñez. Sus padres no eran tan "malos" con él, jamás le pegaron ni gritaron, pero la mayoría de veces los golpes y gritos no son necesarios para herir a alguien, solo basta las palabras, comparaciones y ser ignorado por sus propios progenitores.

Era sólo un niño cuando empezaron a minimizar sus sentimientos, logros y buenas calificaciones, en cambio siempre lo compraban con sus tres hermanos mayores, no importaba cuanto se esforzará porque sus hermanos siempre serían mejores en todo, fuera lo que fuera.

Así que no, no tenía una mala relación con sus padres, solo que le hicieron sentir que era muy poca cosa a comparación de sus hermanos o cualquier otra persona, le hicieron entender que no importaba cuando se esforzara en algo pues siempre habría alguien que lo hiciera mucho mejor.

Ambos estuvieron ausentes en la mayoría de su niñez y parte de la adolescencia, no obstante lo obligaban a que los hiciera parte de su vida cuando ellos jamás, ni una sola vez lo hicieron parte de la suya sin necesidad de fingir.

Bang era el niño que se sentaba sólo el día de las madres con su regalo a un lado de él mientras veía como todos los demás se divertían, comían, reían o jugaban con sus mamás; y así eran todos los años, su madre decía y juraba que iría pero al último recibía una disculpa por no poder llegar a tiempo y lo recogía de la escuela al último. Pasaba lo mismo cuando presentaba algún bailable, y cuando recibía diplomas o reconocimientos por ser un alumno ejemplar la mamá de alguno de sus amigos lo acompañaban a recibir los papeles ya que su madre nunca podía asistir, posiblemente lo acompañaban por lástima o porque su madre les pagaba para que lo hicieran.

Y Chris lo entendía, era difícil tener un trabajo y a cuatro hijos, pero aún así se sentía mal, era más que evidente el hecho de que sobrara en esa familia. Estaba seguro que si él desaparecía nadie lo notaría, sin embargo, la preocupación fingida de su madre le dolía demasiado, tanto que lo hacía llorar todas las noches.

Jamás escuchó un "estoy orgulloso de ti" de alguno de sus padres, en cambio escuchó tantas veces "estoy decepcionado de ti" "¿por qué no puedes ser cómo tus hermanos mayores?" que perdió la cuenta y se le quedó grabado en la cabeza. Simplemente si fuera un poco más como sus hermanos sus papás lo querrían y lo incluirían.

Claro que fuera de casa y frente a las cámaras era igual de querido que los demás, por eso le gustaba ir a ese tipo de lugares o eventos importantes porque al menos en esas horas podía sentirse querido y parte de la familia. Así era, y fue como entendió que la vida era una farsa llena de mentiras piadosas y dulces las cuales eran mejor que la realidad.

La mayoría de veces pensaba que sus padres jamás debieron serlo, sus arranques de ira, gritos y discusiones lo hacían dudar sobre el cariño que les tenía, aunque solo le demoraba incluso horas en sentirse el peor hijo del mundo al dudar sobre eso, cada que veía como se esforzaban en sus trabajos sentía que debía amarlos o sería un mal agradecido con ellos.

Sus progenitores no sólo le hacían sentir que era el más torpe de sus hijos sino que también lo hacían sentir el más feo, lo cual era una completa mentira, ellos eran los principales causantes de que su autoestima fuera baja. No importaba cuántos cumplidos sobre su físico recibiera de los demás, para él sólo lo hacían por lástima o compromiso cuando no era así. Todos excepto él y sus padres, veían la dedicación que le ponía a todo lo que hacía y lo bueno que era para hacerlo era simplemente impresionante sin agregar lo atractivo que era desde pequeño, sin duda Christopher era un ejemplo a seguir.

No todo en su familia era malo gracias a su hermana mayor Lalisa, que nació después de Baekhyun, siendo así la segunda y única hija de tres hermanos.

Lisa siempre fue linda con Bang en todos los sentidos, aunque la diferencia de edad era bastante ya que cuando él tenía siete años de edad ella ya tenía veintiún años y ya era una oficial muy buena en su trabajo y destacada en el mismo. Siempre le compró a Chris todo lo que quería y lo consentía demasiado, por lo cual le fue imposible no verla como una figura materna.

Cuando algunos de los dos se sentía mal estaban mutuamente para ellos mismos, eran como almas gemelas pero en hermanos, su unión era increíble, cómo una relación de hermanos que todo mundo quisiera tener.

Y gracias a Lisa, Bang aveces se sentía un chico lindo y bueno en lo que hacía.

Christopher Bang, mejor conocido como Bangchan gracias a su padre, creció en un círculo familiar totalmente diferente al que todos pensaban.

El chico alto, de ojos color almendra, labios definidos, cabello rubio y con el cuerpo que cualquier alfa quisiera tener o ser un rango igual de alto como lo era él, había crecido siendo el sobrante, que nadie tomaba en cuenta, minimizaban lo que sentía y sólo lo querían frente a los demás. Priorizaban a sus hermanos, sus padres se fijaban únicamente en lo que hacía mal o los mínimos errores que cometía para recordarle que no era nada, ni siquiera un poco de lo que eran los demás.

Ahí creció ese hombre que reflejaba tanta seguridad y confianza en si mismo, cuando era todo lo contrario a ello.

©𝗕𝗯𝗼𝗸𝗸𝗮𝗿𝘆 

Little Star Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon