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S e p t i e m b r e


Bueno, las vacaciones habían pasado muy rápido para el gusto de Sooyoung, sentía que los dos meses se le fueron volando. Hace varias semanas desde su cumpleaños , se había cortado el pelo y se encontraba otra vez desayunando, ahora con dieciséis años, dispuesta a ir a su segundo año en la secundaria. Lo había pasado fenomenal, sus amigas y los primos de Jinsol la habían mantenido distraída todos los días, conversaba hasta tarde con las tres chicas vía Skype. De alguna manera Jiwoo era una de sus amigas cercanas y más ahora que asistirían juntas a la escuela. Su hermano, Jisung, era un galán y siempre parecía amable con todo el mundo.

Lo único desgraciado en todos esos días fue una persona que no salía de sus pensamientos: Kim Jungeun. La chica, que por cierto, Sooyoung odiaba y le estaba haciendo la vida imposible. Todos los días recordaba sus ojos. Había logrado dejar de escucharla o pensar en su risa pero lo único que su mente no podía olvidar, eran sus malditos ojos. Ahora, pensar que hoy la volvería a ver, le revolvía el estómago de una forma impensable, se sentía nerviosa y a la vez ridícula por sentir nervios.

Aunque vivieran en la misma ciudad, nunca se la encontró y todo eso debido a que se enteró de que se fue a un viaje fuera del país, pero ya volverían al instituto y sea cómo sea, allí desgraciadamente estarían cara a cara.

—¡Ahg, en serio, que horror!—dijo hundiendo el rostro entre las manos y su madre, Dalmi, la miró divertida.

—¿Sigues atormentada por esa niña, cariño?—claro, durante todo el año Sooyoung le había hablado sobre las chicas que la fastidiaban, diciendo que no era tan grave como para acusarlas y restándole importancia.

—¿Por qué se preocupa tanto por una chica?— preguntó Dosan, cómo siempre él no entendía la situación.

—Porque esa niña lleva haciéndome imposible la vida—dijo dándole un mordisco a su emparedado, sentía la mantequilla de maní en el paladar— Por eso no quiero verla.

—Parece todo lo contrario, cariño. Has estado muy ansiosa estos días—le guiñó un ojo y Sooyoung se ruborizó.

—¡Mamá!—la regañó, escuchando su risa.

Después de un rato salió directo a la escuela, vestía al igual que toda la vida: camiseta de tiras, una chaqueta jean y unos vaqueros desgastados, en conjunto con sus zapatillas converse. Al llegar, a la primera que encontró hablando en el aparcamiento fue a Jinsol quien ahora lucía una melena negra con flequillo. Conversaba alegremente con sus amigos de la infancia y al acercarse, todos la saludaron con ánimos. Jiwoo se echó a los brazos de Sooyoung y se colgó de ella, todos comenzaron a reír.

—Jiwoo, ¡déjame respirar! Si nos vimos ayer— reclamó, divertida, cuando la pelirroja se separó le guiñó un ojo.

Siguieron conversando hasta que llegó Chaewon brillando gracias a su nuevo cabello grisáceo, parecía muy feliz y los saludó a todos con la dulzura que la caracterizaba. Después de un rato escucharon el chirrido de unos neumáticos y apareció un convertible azul cerca de ellos, todo el mundo observaba la escena. Como si fuese una película, de él comenzaron a bajar los que conformaban al grupito.

Heejin y una chica llamada Hyunjin, conversaban animosamente entre ellas y no lucían igual que el año anterior. Ya al cumplir los dieciséis años era cuando las chicas comenzaban a madurar, claramente lo habían hecho ya que vestían con unos jeans de mezclilla y unas blusas vaporosas que dejaba al descubierto el abdomen. Incluso se podría decir que tenían maquillaje. Johnny y Jaehyun eran otra historia, vestían con unas camisas holgadas de última marca y chaquetas de cuero. Jaehyun fue hasta la puerta y le abrió a una castaña. Esa era claramente Kim Jungeun , la que Sooyoung conocía del año pasado era pequeña frente a esta. Estaba radiante y el sol de la playa le había dejado un hermoso bronceado. Vestía una falda negra junto con una camisa rosada de tiras que dejaba ver un poco de su estómago y una chaqueta, muy grande para que fuera de ella.

Rivales [Lipves ver.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora