Chapter Two

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Niño Babeante




Mangas largas, siempre son mangas largas.

Ella siempre se preparaba de la misma manera, se levantaba antes de que saliera el sol, se bañaba y se vestía. Siempre con mangas largas y pantalones hasta los tobillos.

Cubrían los moretones y cortes de su cuerpo.

Su parte favorita del día era esperar el autobús escolar. Muchos de sus compañeros no lo tomaban así que iba casi vacío, no podían molestarla, nadie podía hacerle daño.

El autobús salía a las ocho con veinte pero ella siempre se encontraba ahí a las siete en punto para treparse a la copa de un árbol y poder apreciar los primeros rayos del sol con algo de música en sus audífonos.

Para Kate, era un espectáculo sin igual, esos rayos del sol eran esperanza para ella, una luz en su infierno de oscuridad.
























—¿Qué va a pasar en el solsticio de verano?—pregunto la rubia. Annabeth se había ofrecido a ayudar a Kate en la enfermería, a cuidar de Percy.

Kate, durante un largo rato, se había preguntado por su repentino interés en ayudarla, al principio pensó que era porque Annabeth quería pasar más tiempo con ella pero ahora veía que no.

—¿Qué?

—¿Qué está pasando? ¿Qué es lo que han robado? ¡Sólo tenemos unas semanas!— Le pregunto, insistente.

—Lo siento —murmuró Percy —, no sé…

Alguien llamó a la puerta, y rápidamente Annabeth le llenó la boca de pudin. Kate, que había estado observando esa extraña interacción, regresó su mirada al inventario de medicinas y remedios.
Hizo una mueca de disgusto cuando noto que les hacía falta nectar.

Un pequeño niño de cabello rubio y ojos azules cruzaba la puerta junto a su "hermana" mayor, Kira.
Ambos venían a ayudar con el inventario.






—Estaba pensando en conseguir más medicina común, parece funcionar bastante bien…

—¡Señor Brunner!— La voz de Percy se hizo presente en el pórtico, Kate calló cuando lo vio acercarse.

—Ah, Percy, qué bien —dijo—. Ya somos cuatro para el pinacle—. El medio hombre y medio caballo miró de reojo a la rubia de ojos azules, que sostenía una libreta roja contra su pecho, el inventario de la enfermería. —Nuestra pequeña Kate no es fan.

Le ofreció una silla a la derecha del señor D, que le miró con los ojos inyectados en sangre y soltó un resoplido.

La reacción de rechazo, casi inmediata, al señor D de parte de Percy no pasó inadvertida para Kate. Se dió cuenta al instante.

—Bueno, supongo que tendré que decirlo: bienvenido al Campamento Mestizo. Ya está. Ahora no esperes que me alegré de verte.— Soltó el dios.

—Vaya, gracias. — El chico se aparto lo que consideraba prudente del señor D.

—¿Annabeth? ¿Kate? —la voz de Quirón se hizo escuchar. —Queridas, ¿por qué no van a ver si está lista la litera de Percy? De momento lo pondremos en la cabaña once.

Apenas Annabeth oyó que tenían que ir de visita a la cabaña once se sonrojo. Kate la observó, le parecía una de las niñas más lindas que había visto nunca, aún le sorprendía que no fuera hija de Afrodita.

Kate dejó el pequeño cuaderno en la mesa, y sin notarlo, una pequeña sonrisa traviesa se asomó en sus labios.

<<Annabeth iría volando si pudiera.>>

De un momento a otro, Annabeth salió corriendo hacia la cabaña once.

Kate salió corriendo detrás de ella pero a medio camino se detuvo, se dió la vuelta y miró directamente a los ojos verdes del chico. Quería decirle algo ingenioso, algo para animarlo o tal vez algo que los impulsará a ser amigos. Pero lo único que pudo decirle fue:

—Cuando duermes babeas.

Y salió corriendo, sin duda se arrepentirá de eso.


























LUZ EN LA OSCURIDAD                                         ┌Percy Jackson┐₁Where stories live. Discover now