Chapter Nineteen

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Túnel del amor no tan romántico.

-You are my sunshine, my only sunshine -de fondo había una risitas de una bebé. -You make me happy when the skies are grey, you'll never know dear how much I love you. Please don't take my sunshine away.

El cuerpo de Kate estaba adolorido. Probablemente tendría algo roto. Le dolía cada respiración. Pero la voz de su madre en las auriculares era el más hermoso de los regalos.

El escuchar las escaleras crujir, escondido lo más rápido que pudo el aparato. Un viejo walkman de su mamá.

Su abuela entró sin tocar como de costumbre. La mujer mira a la niña con desprecio.

-¿Es que nunca haces algo de provecho? -La rubia se vio tentada a suspirar pero cualquier acto de rebeldía sería castigo por mínimo que fuera y ella ya no tenía fuerzas para ello. -Hoy daremos una fiesta. Ya conoces las reglas.

La ojiazul asintió. Las conocía bien.
No tomar refrescos.
No tomar comida.
No dejarse ver por los invitados. Ni hablar con ellos.
No hacer ningún ruido.
No salir ni por curiosidad.
Y la más importante de todas, no decirle a nadie sobre los golpes y mentiras.

Su abuela hizo un movimiento aprobatorio con su cabeza.
-Bien, si te portas bien, podrás cenar.

Aún le parecía ridículo que nadie se diera cuenta de la verdad. Que su abuelo era un borracho de la puerta de su casa hacia dentro. Un golpeador. Que ambos abuelos no eran quien pretendían ser. Que ellos estuvieran cobrando el dinero que su madre había dejado para su pequeña hija y el servicio social no se diera cuenta de los golpes.
Aunque, la gente siempre ve lo que quiere ver.

Aún tenía marcas en su cuerpo a causa de todas las veces que habían intentado decir la verdad. Kate entendió que la única razón por la que la conservaban era el dinero. La razonable cantidad que recibían cada inicio de mes que se supone es destinada a la manutención de Kate.

La niña se recostó en la cama con bastante cuidado y dolor. No todo era malo, en los días festivos, podía descansar de sus abuelos.

Unas horas después, Kate Barton escuchaba las alegres carcajadas de la gente en la planta baja. Ya estaba avanzada la noche y Kate tenía sueño pero no podía dormir. Ya había escuchado la grabación de su madre en los auriculares varias veces pero tenía hambre. Por un momento se planteó bajar a la cocina sigilosamente pero enseguida lo descarto.

LUZ EN LA OSCURIDAD                                         ┌Percy Jackson┐₁Where stories live. Discover now