Chapter Nine

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Sueños


Kate había pasado noches enteras sin dormir. Sus ojeras y ojos hinchados por la falta de sueño eran cada vez más notables.

Cada vez que intentaba dormir, un terror le recorría el cuerpo, su respiración le fallaba y entraba en pánico.

Ella era incapaz de comprenderlo, había sopesado la posibilidad de sufrir algún ataque de pánico o alguna crisis pero desde que había llegado al campamento los ataques de pánico habían cesado.

Alguien la acechaba. 
¿Pero quién y por qué? ¿Qué era lo que no podía ver en sus sueños? 

Desearía no haber obtenido las respuestas.

Una noche, mientras la lluvia caia y el viento soplaba con fuerza, el agotamiento venció al terror y terminó por quedarse dormida.

Durante el sueño, se encontraba recostada en la arena. El mar se agitaba violentamente y el cielo estallaba en una gran tormenta incontenible. El miedo hizo que su corazón latiera tan fuerte que lo sentía retumbar en sus orejas. 

No hizo nada, no se movió. Solo observaba la tormenta que escondía al sol. Sabía que los sueños acosaban a los semidioses, así que dejo que siguiera.

A lo lejos escucho como dos hombres se enfrentaban. Giró la cabeza hacia un lado, dónde los hombres se encontraban. Los observó aún recostada en la fina arena de la playa.

Ambos vestían túnicas griegas que ondeaban al viento, una rematada en azul, la otra en verde. Se agarraban, forcejeaban, daban patadas y cabezazos, y cada vez que colisionaban, refulgía un relámpago, el cielo se oscurecía y se levantaba viento.

Cerró los ojos con fuerza, sabía que tenía que moverse pero cuando lo intentó su cuerpo no respondió. Una oleada de pánico la invadió.

<<Por favor despierta>> se rogó así misma.

Giró la cabeza, desesperada, hacia el lado contrario y lo vio.

Era un chico rubio recostado a su lado, desprendía un aura dorada y poderosa, también usaba un atuendo griego. Giró la cabeza y la miró, su mirada era amor puro. Solo un amor que puede dar un padre a un hijo.

—Cuidado —le dijo, su voz era amable y cariñosa.

Quería contestarle, quería preguntar, quería gritar pero todas las palabras se quedaban en su garganta. Algo impedía que se moviera o hablara. Era como si el tiempo para ella se hubiera detenido.

La arena bajo de ella había empezado a tragarsela.

Sentía como el arena iba hundiendo su pequeño cuerpo, como le entraba a los oídos y le escocía en los ojos, como le entraba por la boca y empezaba a ahogarla, a matarla.

LUZ EN LA OSCURIDAD                                         ┌Percy Jackson┐₁Where stories live. Discover now