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Sí,
estoy solo.

¿Soledad en compañía?,
doble moral diría.
Porque quiero ayudarlos sin mirar a mi estrellado corazón,
y decido guardarlo en la bodega del fondo de mi adolorido pecho.
Atendiendo el llamado de todos menos mi propio grito desgarrador.

Lo estoy callando.
¿Desde cuándo?

Comienzo a hiperventilar.
¿Por qué lo permití?
¿Porqué me olvidé de mí?
¿Porqué?

Y si muerdo mis labios no importa,
que sigan sangrando.
Que mi peso siga bajando,
y que mi anemia empeorando.

Mi corazón grita que se quiere ir.
Y yo insisto en persistir.

¿Con qué motivo?
Nada me motiva.

Sé que moriré en juventud.
Estoy desesperado.
Y me recrimino todo este tiempo que guardé silencio.
Para no preocuparlos,
para no distraerme con pequeñeces.

Tal vez si hubiese sanado sentimientos tan insignificantes,
la idea del suicidio no estuviera tan presente.

En mi mente y corazón,
nada chispea para volver a traer la iluminación.

Porque todo se hundió.

Evan

Exiliado del corazón ✓PoemasOnde as histórias ganham vida. Descobre agora