1.Gencianas

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A la edad de 4 años, Lan Zhan, segundo hijo del líder de la secta Gusu Lan, se convirtió en un Fluricultor. Su hermano y su tío lo encontraron frente a la tumba de sus padres rodeado de flores azules sobre la nieve. Se trataba de gencianas, las favoritas de su madre.

Esto fue una sorpresa hermosa y aterradora para su familia, porque eso ponía una diana en el pecho de su preciado niño. 

Las flores de los Floricultores eran muy preciados, no solo para Come Flores, sino también porque las flores que producían tenían propiedades que aceleraban el proceso de inmortalidad de los cultivadores. Algo para lo cual se necesitaban muchas, muchas flores. 

Por siglos, cultivadores maliciosos cegados por la promesa de una rápida inmortalidad habían cazado a los Floricultores para que les proporcionaran flores mágicas sin limites, llevándolos casi a la extinción. Era tal la obsesión de algunos cultivadores, y el temor de los Floricultores a ser secuestrados por ellos, que muchos preferían quitarse la vida antes de vivir cautivos y debilitados por el exceso de producción.

Ser Floricultor era una maldición, pero Lan Zhan había sido afortunado. 

Su tío y su hermano, no estaban dispuestos a dejar que alguien lo lastimara. Lan Qiren tomó la difícil decisión de encerrar a su sobrino en una cabaña en lo profundo del bosque de Gusu Lan, donde solo él, y luego Lan XiChen, podían ir. Además de ellos, solo algunos ancianos sabían sobre Lan Zhan, pero ninguno tenia permitido acercarse a la cabaña.

Lan Qiren se aseguro de visitarlo junto a Lan XiChen, quién decidió que lo mejor para su hermano era que pudiera defenderse. Con esto en mente, comenzó a enseñarle artes marciales y muy pronto, Qiren se dio cuenta que Lan Zhan también podía formar un núcleo dorado. Nunca seria demasiado fuerte porque la producción de flores absorbía gran parte de su energía, pero aún así le seria útil para sobrevivir. 

Superando toda expectativa, Lan Zhan, de cortesía Lan WangJi, se convirtió en un hermoso y talentoso cultivador, capaz de luchar y defenderse a si mismo. Su vida seguía limitada a su pequeña cabaña en el bosque, pero, aún así, recibió su cinta de la frente y dos armas espirituales. Bichen, su espada, y WangJi, un Guqin.

Nada asustó, y al mismo tiempo llenó de alivio a Lan Qiren que enterarse que su sobrino había vencido a un cultivador errante. Tal como lo habían instruido, en cuanto Lan WangJi percibió la presencia del hombre, envió la alerta mediante talismanes de comunicación, y luego se escondió. Sin embargo, el cultivador era un Come Flores, descubrió a Lan Zhan por el olor de sus flores, e intentó llevárselo a la fuerza, comentando lo afortunado que era por encontrarse un floricultor tan joven y sano. Obviamente no contó con que el joven Floricultor de trece años invocara su espada y lo atacara mortalmente sin dudar.

Cuando Lan Qiren llegó a la cabaña, encontró a su sobrino temblando de miedo y cansancio al lado del cadáver del cultivador, con gotas de sangre en su ropa y su rostro.

—Lo hiciste muy bien Lan WangJi — lo felicitó, y su sobrino aún agitado por la adrenalina solo asintió y se disculpó para ir a cambiarse y limpiarse.

Otro cultivador, esta vez uno de la misma secta Lan, tuvo el mismo final dos años después.

Pero, en general la vida de Lan WangJi era tranquila. Solo en su cabaña, el joven pasaba las horas leyendo, pintado, practicando el Guqin, o entrenando movimientos de espada con Bichen.

En su cumpleaños número dieciocho, mientras veía las estrellas, sintiéndose demasiado solitario, deseo poder salir y ver el mundo. Era un deseo inútil, lo sabia. Aunque podía defenderse, tarde o temprano alguien lo capturaría, y el solo pensarlo le daban pesadillas. 

El chico de la cabaña (XianWang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora