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Lan Zhan se desplomo de cansancio y alivio en cuanto el intruso se fue.

Estaba tan confundido. Era un cultivador y no intentó hacerle daño a pesar de tener una gran oportunidad. De solo recordarlo sentía terror. Podría haber sido secuestrado tan fácilmente. Todo porque no guardó energía como su tío y hermano le indicaron incontables veces.

Lan Zhan no pudo dormir esa noche porque estaba demasiado inquieto por el encuentro con el cultivador. Finalmente, después de mucho meditarlo dando vueltas en su cama, pensó que tal vez él podía ser una excepción. Tal vez realmente no le interesaba la inmortalidad. Cuando dijo que no deseaba ver morir a sus seres queridos parecía sincero. Además, su tío le aseguró que aunque la mayoría querría aprovecharse de él y hacerle daño, no todos eran malvados. Quizás Wei Wuxian era parte de esa minoría. 

Se preguntó si realmente iba a volver. No estaba seguro cómo sentirse al respecto. Si el cultivador no era peligroso sería emocionante poder hablar con otra persona. Volver a conocer el exterior a través de otros ojos, seria como explorar algo nuevo. Recordaba tan poco de su vida antes de ser un Floricultor, solo a su madre cargándolo en su regazo molestándolo para sonriera y hablara más.

Estaba tan cansado de estar solo. Sabia que su "prisión" era por su bien, y realmente no quería ser esclavizado y torturado, pero era asfixiante. Su mayor deseo era poder salir y ver el mundo, no era justo que tuviera que sacrificar su libertad para vivir. 

Todavía estaba divagando sobre eso, cuando su hermano le hizo una visita apresurada por la mañana. Se dijo a si mismo que no le informó sobre el cultivador porque no tuvo ocasión, aunque las palabras estuvieron en la punta de su lengua todo el tiempo.

—No podremos volver en al menos cinco días. —XiChen le informó con culpa —Traje todo lo que necesitas. ¿Está bien?. Te compensaremos por tu cumpleaños cuando la conferencia termine, lo siento. 

—Esta bien, entiendo. No tienen que preocuparse por mi.

XiChen le sonrió con pesar, y sacó un último paquete de papel de su canasta de provisiones.

—Tenemos un regalo para ti.

Lan Zhan sonrió con agradecimiento y abrió el paquete viendo un nuevo conjunto de túnicas con los bordados del patrón de nubes, característico de su secta, en una fina tela de color azul. También había un nuevo adorno para su cabello y una delicada pluma de caligrafía con el mango de bambú, que sabía que su hermano consiguió en alguno de sus viajes para él. Le gustaba coleccionar cosas de otros lugares.

—Gracias, es hermoso.

Como siempre, Lan Zhan recibió esos regalos con melancolía, deseaba haber sido un cultivador normal para estar junto a su familia, ir de caserías y ser parte real de la secta. Desafortunadamente sus flores hacían eso imposible. Sin embargo, era muy consciente de lo afortunado que era por tener su apoyo y cariño. 

Incluso ellos podrían haberlo usado como fuente de inmortalidad, pero, tanto su tío como su hermano, se opusieron rotundamente porque implicaba un gran dolor para él, que un no Come Flores le quitara sus flores. Y cuando sus flores caían por si mismas ya no tenían ningún efecto mágico.

En cuanto Lan XiChen se marchó, Lan Zhan volvió  a concentrarse en la amenaza de Wei Wuxian, por lo que pasó gran parte de su día esperándolo, sosteniendo a Bichen en cada momento y guardando su energía para luchar si fuera necesario.

Hacia el final del día, Lan WangJi admitió que se sentía un poco decepcionado cuando el cultivador no llegó. Enfadado, entró en la cabaña y sacó sus pinturas. Recordando el rostro sonriente y los ojos color plata del cultivador lo dibujó, una y otra vez, hasta que logró el retrato más realista que le fue posible. Cuando viera a su tío le mostraría el retrato para que fuera castigado.

El chico de la cabaña (XianWang)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt