CAPÍTULO 9: NO LLORES POR MÍ, JUSTIN FINCH-FLETCHLEY

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En casa me esperan las cartas de Ernie que han ido llegando en mi ausencia. Apenas he podido corresponderle con un par de postales desde el lago, porque quería esperar a volver para contarle nuestras aventuras con pelos y señales. Dado como acabó todo el último día, estaba claro que había ciertos detalles que omitir. Supongo que la forma furtiva que tuvo Cedric de hacer las cosas me impulsa a seguir el ejemplo y guardar la mayor discreción.

Ernie no cuenta nada nuevo en las primeras cartas: vida familiar, vida de estudio, las últimas trastadas de sus primos (que ya les vale, con lo mayorcitos que son - ¡y qué bien me caen!) e información prescindible sobre el Lago Ness que ha oído de fuentes cercanas. Esas cosas hay que vivirlas, Ernie, pienso yo.

La última carta es la que me sorprende: Sus primos han conseguido entradas para la final del Mundial de quidditch. ¡Qué suerte! Al final seré yo el único idiota que se quedará sin verlo. Tendré que conformarme con que me lo cuenten.

<<Querido Ernie...>> comienzo a escribir.

Entonces me pongo a pensar en lo mucho que me gustaría que Cedric también me escribiese. Tiene la suficiente confianza para besarme, pero no para escribirme una carta. ¡Qué tontería! Anda, céntrate, Justin.

<<No sabes lo que te has perdido>> continúo escribiendo.

Claro que el verano anterior también lo pasamos muy bien juntos. Mmmm, me gustaría que entre Cedric y yo pudiera pasar lo que ocurrió entre Ernie y yo. Nunca llegamos a hablar de ello, ahora que lo pienso. No sé si a Ernie le gustó de verdad. ¿Le gustaría a Cedric? Mmm... Qué imágenes me vienen a la cabeza. Justin, ¿quieres escribir la carta de una vez?

"Hemos hecho un poco de todo y al final casi nos come el monstruo. FIN."

Detrás del telón: un beso, solo un beso, ¡pero qué beso!

Nada, que no hay manera de concentrarse. Dejaré la carta para otro día.


La primera mitad de agosto mis padres me llevan a hacer un tour por Europa y luego a Ibiza a descansar

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La primera mitad de agosto mis padres me llevan a hacer un tour por Europa y luego a Ibiza a descansar. No, no están faltos de dinero, eso lo admito. Y visitar tantos sitios nuevos es bueno para distraerme de pensamiéntos románticos circulares.

 Pero mis ansias caseras no se han visto satisfechas este verano, de modo que la segunda mitad del mes me dedico a vegetar las 24 horas, y sólo consiguen hacerme salir un día, porque hay que comprar todo lo que viene en la lista del colegio, ya a cagaprisas: Material escolar, libros nuevos y... ¿Qué demonios? ¿Para qué quiero yo una túnica de gala? Uy, qué mosqueo...


En su última carta antes de vernos, Ernie me cuenta lo bien que se lo ha pasado en los Mundiales y la que al parecer se armó cuando unos mortífagos se dedicaron a molestar a una familia muggle y a conjurar la marca tenebrosa en el cielo por la noc...

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En su última carta antes de vernos, Ernie me cuenta lo bien que se lo ha pasado en los Mundiales y la que al parecer se armó cuando unos mortífagos se dedicaron a molestar a una familia muggle y a conjurar la marca tenebrosa en el cielo por la noche, extendiendo el terror entre la comunidad mágica internacional que acampaba por allí. Qué cosas.

Ah, y dice que vio a Cedric y a su padre, que llegaron con los Weasley, Granger y Harry Potter. Su padre tuvo que pringar con el marrón de los mortífagos, como empleado del Ministerio. De verdad, si no es el hijo, es el padre: Siempre teniendo que ocuparse de todo.

A saber con cuántas cosas acaba pringando Cedric este curso...


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