𝙋𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧 𝙙𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙀𝙨𝙘𝙪𝙚𝙡𝙖✍︎

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Narra omnisciente:

El primer día de clases de los pequeños Haitani había llegado.
En la mañana todo fue normal,
Izana fue a despertar a sus dos rubios que estaban en brazos de Morfeo abrazándose entre si, ya que a pesar de tener una cama para cada uno, preferían dormir juntos en una sola.
El moreno casi moría de la ternura que sintió al ver a sus pequeños tan lindos y cómodos dormidos, pero era hora de que fueran a la escuela, su primer día de escuela.
Izana empezó a moverlos un poco mientras les decía en voz baja y suave—Niños..niños es hora de despertar-.
El primero en despertar fue Rindou tallandose los ojos con sus puñitos mientras trataba de encontrar de dónde venía esa voz, al enfocar lo que pudo su mirada(ya que debido a su miopía veía borroso) vio los grandes ojos morados de su padre que lo miraba con una cálida sonrisa.
El rubio sonrió un poco y me preguntó la razón por la que lo despertaba a tal hora.

—señor izana, por qué nos despierta tan temprano?-.dice el rubio menor con voz somnolienta.

—por que hoy es su primer día de escuela tontitos-.dijo pasando sus manos por los cabellos rubios del menor.

El Haitani menor solo proceso un poco lo que su padre había dicho para luego decirle —Oh..cierto.-.

—Jeje, despierta a Ran y dile que debe  bañarse y cambiarse para la escuela, cuando ya estén listos bajan para desayunar con sus mochilas, si?-.dijo para luego depositar un beso en la frente para después bajar a terminar de hacer el desayuno para sus pequeños y su esposo que debía irse a trabajar.

El Haitani menor empezó a mover un poco a su hermano para que se despertara, fallando en su misión, así que no tuvo más que acercarse al oído de si hermano mayor y gritarle—TE VOY A CORTAR EL CABELLO SI NO DESPIERTAS!-.

Esto hizo que el Haitani mayor se despertara de golpe mientras tomaba su melena rubia mientras miraba con miedo a Rindou—NO TE ATREVAS MONSTRUO!-.

Esto hizo que el Haitani menor se soltará a reír, le daba bastante gracia como su hermano era tan delicado con su cabello.

Entre risas y juegos terminaron de bañarse y cambiarse, ambos tomaron sus respectivas mochilas y bajaron a desayunar al comedor, en este se  encontraban su padre Izana sirviendo el desayuno mientras que su padre Hitto estaba acomodándose en el espejo de la sala.
Ambos menores tomaron asiento en la mesa dejando sus mochilas al lado de la puerta.
El moreno al terminar de servir la comida, llamo a su esposo para que desayunara, mientras que él iba a guardar las loncheras de sus hijos en sus mochilas al igual que revisaba que no les faltará nada.

—Buenos días niños -.dijo el azabache con una sonrisa mientras tomaba un pedazo del hotcake con el tenedor para dirigirselo a la boca.

—Buenos días señor Hitto-.dijeron a la par los haitani mientras repetían las acción del mayor empezando a comer su desayuno.

—Como durmieron? Listos para su primer día de escuela?-.dijo mientras tomaba un poco de jugo.

—Seh-.respondieron los rubios concentrados en su comida.
No es que ignoraran al hombre de cicatriz, solo que no eran muy conversadores.

El desayuno transcurrió en silencio hasta que todos ya habían terminado, los menores se dirigieron a la entrada de su casa para tomar sus mochilas mientras sus padres iban detrás de ellos.
Todos subieron al auto y avanzaron a la escuela  de los pequeños.
Al llegar al destino, los pequeños Haitani se habían tensado al sentir como el auto se detenía en la entrada de su escuela.

—Bueno niños, ya llegamos-.dijo el moreno bajando del auto junto a su esposo para despedir a sus pequeños.

Los Haitani empezaron a temblar del miedo mientras se quedaban paralizados en sus asientos.
El azabache extrañado lo vio y dijo—niños, ya llegamos, bajen.-.dijo acercando su mano a los pequeños con intención de que salieran del auto.

Los pequeños no se movían para nada, estaban como estatuas.
La pareja se miró entre si tratando de descifrar que sucedía con sus hijos, mientras pensaban el de cicatriz intento de nuevo tomar a los Haitani para que bajarán del auto, fallando otra vez con su objetivo.
Los Kakucho no tuvieron más opción que cargarlos y bajarlos del auto.
Cosa que se complico bastante ya que lo pequeños empezaron a patalear y a gritar que no querían entrar.

Los casados extrañados pero sobre todo preocupados los sentaron otra vez en el auto dejandolos frente a ellos.

—pequeños, que sucede? No estaban felices de estar en la escuela?-.dijo preocupado el moreno.

—no queremos ir! Nos harán cosas malas! No no no!- dijeron juntos los pequeños mientras pataleaban casi dándole una patada a el albino.

—niños, claro que no les harán nada, que le hace creer eso?-.dijo está vez en azabache mirando con preocupación a sus pequeños hijos que poco a poco sentían sus ojos cristalizarse.

Los pequeños de repente se soltaron a llorar abrazando a sus padres.
Los mayores por fin habían entendido, sus bebés estaban pasando por ese momento, ese gran momento dónde lloraban y gritaban no ir a la escuela por miedo a separarse de sus padres que sus padres no volvieran.
Los Kakucho solo sonrieron tiernamente y abrazaron a los menores para calmarlos.

Rinrin, se que tienes miedo de que no vuelva, pero eso nunca pasará, yo jamás te dejaría solo ni a ti ni a Ran-.dijo pasando su mano por los cabellos rubios del menor que se encontraba llorando a mares en su pecho.

—Ran, mi niño, no tienes por qué llorar, tu papi y yo vendremos a recogerlos luego.
No los dejaremos-.dijo limpiando las lágrimas que no paraba de salir de los ojos amatistas del rubio trenzado.

Pasaron aproximadamente 15 minutos tratando de consolar a sus pequeños hasta que por fin lo lograron, claro que haciéndoles  un tentador trato, que consistía en dejar que vieran televisión más tiempo con ellos si entraban a la escuela.
Los pequeños al escuchar tal trato solo se limpiaron torpemente las lágrimas mientras asentían con la cabeza.
Al ya tener solo algunos rastros de su llantos, ambos menores empezaron a entrar a la escuela mientras sus padres los despedían con la mano.
Antes de que entraran al edificio, ambos les gritaron a su padres—Los queremos papás!-.para luego entrar al edificio dejando a sus padres en estado de shock por lo que habían escuchado, el primero en reaccionar fue izana, que al no contener su emoción empezó a llorar mientras abrazaba a su esposo que soltó unas cuantas lágrimas también mientras correspondía al abrazo de su marido.

Habían logrado superar una barrera entre sus pequeños bebés.

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Ayuda este cap se me hizo algo emotivo :'>
Ya que cuando estaba en pandemia, tuve mi primera clase presencial en secundaria(iba en 1er año), y yo me había puesto a llorar en la mañana por qué tenía miedo de que me pudiera pasar(Disney traumandome con sus películas) pero mis padres estuvieron hay mientras me calmaban •́  ‿ ,•̀

/Se que les importa una pija mi vida pero quería contarlo/

Cómo sea.
Espero que les haya gustado el cap, no olviden votar, comentar y compartir.(。◕‿◕。)➜🍤

♪𖠌Fᴀᴍɪʟʏ 𝖪𝖺𝗄𝗎𝖼𝗁𝗈𖠌♪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora