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«Tengovarios hijos a los que estoy convirtiendo en asesinos. Espera a quecrezcan.»

David , asesino serial.



12 Diciembre, 2010.

1:02 pm.

La hora de almuerzo había terminado, Hoseok estaba entrando a la sala de interrogatorios en conjunto con unos oficiales, incluidos aquellos que son los responsables de custodiar a Kim Taehyung, esos mismos que trabajaban para Jihye a las espaldas de la justicia. Jung se sienta sobre la silla y en conjunto con los oficiales observan al único hombre que señaló en algún momento a Edward Fox pero que se rehúsa a declarar oficialmente. Y es que, el fiscal sí o sí se enteraría de ello, aunque fuera una parte parcializada del todo, pero sí o sí lo sabría.

– Señor Figueroa, usted ha señalado abiertamente que el incitador de el ataque a Kim Taehyung fue Edward Fox, ¿Correcto? – El hombre al oír aquello niega, como si lo que hubiera dicho anteriormente no era algo que hubiese pasado.

– No, yo nunca dije eso...

El hombre no aceptaba que había dicho aquellas aclaraciones, rehuía de sus propias palabras y aquel interrogatorio se estaba alargando demasiado para ser verdad, había pasado una hora así y seguía negándose a decir alguna cosa, hasta que miró hacia el fiscal fijamente para sonreír.

– Señor Fiscal, usted debe tener una vida ocupada, por eso para no ser un obstáculo le contaré lo que deseé si es solo a usted. – En ese momento, Jung observó a los oficiales quienes se retiraron, incluidos los que estaban temerosos por lo que fuera a hablar.

– Bien, ¿Qué es lo que dirá, Figueroa? – El hombre sonrió y extendió sus piernas y brazos con aquellas muñecas esposadas.

– Usted sabe que no tengo nada que perder, pero no quiero tener problemas con nadie, lo hice por el dinero y ya...

– ¿A que se refiere específicamente? – Se encogió de hombros, miró hacia el techo y volvió su mirada.

– No quiero que Fox contrate gente para golpearme como lo hizo con Kim. – Hoseok suspiró, sintiendo un estrés indescriptible. – Pero tampoco quiero que la madre de Kim pague a policías para que me jodan la existencia.

Ok, aquello sí hizo que levantara la mirada, Carlos Figueroa lo vio y juntó sus manos para luego inclinarse sobre su propio sitio.

– Qué dijo...

– Hay unos polizontes a los que ella paga, o eso me imagino, porque ella también pretendió amenazarme... La mujer obtuvo esa información por ello, si es que sabe. Y yo no trato con las mascotas, sino con los dueños, y ese es usted, sé como funciona todo esto, solo que ninguno me joda y no diré nada, ni por Fox o Kim, nada; así usted no queda como un imbécil, ¿Qué le parece? – Hoseok miró al hombre, como si fuera la peor basura, él no tenía remordimiento alguno, se le notaba ameno incluso.

– Usted...

– ¿O me equivoco? – Hoseok sonrío con amargura, siendo condescendiente con un sujeto deplorable sin moral.

– No del todo, Figueroa. Así que actuemos y terminemos con esto.

Jung entrelazó sus propias manos, cambiando su mirada severamente mientras que su traje negro simbolizaba de alguna manera, la oscuridad que lo rodea.

¿Lo prometes? No confío en ti.




Teeth; Vmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora