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Créeme, si yo empezara a matar gente. No quedaría nadie vivo.

Charles Manson, conspirador, asesino serial.




1 Agosto, 2005.

Todo tiene un precio, todo cuesta dinero.

Todo tiene un precio, Edward lo sabía, el dinero manejaba todo en el mundo, era el motivo por la que mucha gente se dañaba, se mataba, se suicidaba. No importa nada de lo que pase, siempre el dinero será más importante. El escape con su madre costó dinero, estar ocultos costó dinero, el entierro de su madre requirió mucho dinero, su adopción, su cambio de nombre y apellido, la persecución para su padre, su defensa en la cárcel, dentro de ella y fuera también.

- Escucha Fox, nosotros, sí o sí le daremos su paliza a Kim, el primer día podría ser el último para él, claro, si el fiscal no lo protege, pero oye, nosotros haremos todo, en serio; pero, no te vamos a defender gratis, ya hemos visto que a varios aquí les gustó el niño nuevo de la omega muerta, y perdón por ser así de duro, Edward. Lo que tengo que decir es, que el que no se pone duro aquí, no sobrevive, necesitaremos más que sonrisas para protegerte, tú solo danos dinero, sabemos que tu familia puede permitírselo, solo te estamos pidiendo dinero, Edward. Podríamos pedirte cosas horribles, mucho más crueles, pero te ganaste nuestro respeto, es más, si sueltas más de lo que te pedimos, podemos contactar a nuestras amistades y terminar con tu problema paternal, en cualquier momento. – Edward miraba sus manos, las mismas que tenían hematomas, entrenaba siempre que podía, hacía lo que fuera para poder defenderse, pero aún faltaba algo. Edward seguía siendo inocente en el fondo, era ingenuo, de buen corazón, en el fondo seguía siendo el cachorro que perdió a su madre, seguía siendo el alfa desolado que perdió a su esposa.

- Necesitas despertar, Fox. – Sus manos se veían tan golpeadas, tan heridas y dañadas, que siempre que veía a Namjoon en aquel mes de los juicios, ocultaba las mismas, y a pesar del verano de Junio, él usaba las mangas hasta los dedos.

Y esta vez, Kim Namjoon, su abogado, estaba frente a él, tomando de su bebida, puesto que estaban celebrando su salida, cinco días después de esta, el alfa de aroma a caramelo trataba de hacer una conversación amena con los Fox, los padres de Edward estaban sonrientes, Jiwoon abrazaba a su hijo y Oriana lo mimaba y halagaba delante del abogado, sin embargo, Edward estaba ausente, totalmente ausente. Él no estaba allí.

- Edward, cariño. Namjoon dice que tiene que hablar contigo. ¿Te parece si nosotros nos marchamos y esperamos a que Namjoon te lleve a casa? – Edward observó a su madre, Oriana Fox era hermosa, sin duda, los medios no dejaban de halagarla, era la actriz famosa de Corea del Sur que había defendido a su hijo como toda mamá leona, y todos parecían amarla por ello, entre los dos alfas, fue Oriana quien ganó más fans en todas estas circunstancias.

- Sí, mamá. No te preocupes, Namjoon me llevará a casa, sano y salvo. Lo prometo. – La mujer sonrió, besó a su hijo en su cabellera castaña y sintió el aroma a pinos, para luego irse con los ojos llorosos.

- Cuídate, Edward. Namjoon, cuida a mi hijo, por favor. – Jiwoon por su parte, se estrechó de manos con el abogado y tocó el hombro de su hijo antes de marcharse.

Namjoon observó que el chico frente a él no decía una palabra, así que pidió bebidas para alivianar el ambiente.

- Ellos creen que tengo que estar siendo cuidado todo el tiempo. – El más alto observó a su cliente, quien se puso a ver a través del ventanal del restaurante, que daba vista a la calle, fría, desolada, y a la vez, llena y congestionada.

Teeth; Vmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora