14. La Pijamada.

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Capítulo seis

El Monstruo

Primera parte

***

La película pareció levantar mucho el ánimo de Steve, que casi volvió a ser el mismo una vez que el grupo salió del cine. Lily se sentía satisfecha de que su idea le hubiera animado. Había podido ver a Tom Cruise en la gran pantalla durante dos horas, lo que duplicaba el éxito de la idea.

Sin embargo, durante el viaje de vuelta a casa, el estado de ánimo de Steve empeoró y decidió que quería ver a Nancy, después de su extraña conversación con ella esa tarde, de la que Lily había informado a Tommy y Carol. Ya estaba conduciendo hacia Maple Street para dejar a Lily, por lo que a los demás les resultaba difícil persuadirle de que no viera a Nancy.

"Creo que sólo necesita espacio, Steve" dijo Lily, con cautela.

Steve frunció el ceño:

"¿Espacio de qué, exactamente? Mira, sé que suena estúpido, pero realmente quiero verla esta noche".

"No entiendo por qué venimos aquí, es obvio que no quiere hablar contigo", se quejó Carol, "¡Y podrías habernos dejado a Tommy y a mí primero! Ya hemos pasado por el barrio de ambos".

"Sí, ¿has considerado que tal vez no quiere hablar contigo?" sugirió Lily, tratando de no sonar dura.

"No es eso" respondió Steve, frunciendo el ceño en su espejo retrovisor hacia las dos chicas del asiento trasero.

"¿En serio? Porque ninguna chica dejaría plantado al rey Steve" bromeó Carol, y Lily se mordió la lengua para reprimir una carcajada.

"No, a menos que sea Andrews-" Tommy comenzó, pero Lily le golpeó la nuca, cortando su respuesta.

"Corta el rollo, gilipollas", frunció el ceño, "No tienes gracia".

Steve ignoró sus discusiones y continuó:

Ella estaba actuando de forma extraña. Quiero decir, algo estaba definitivamente mal".

"¿En serio estás preocupado por ella?" Carol se burló y cuando él no respondió, sonrió: "¡Ah, sí! Steve tiene corazón". Se burló, y los demás se rieron.

Tommy sonrió:

"Oh, Stevie está enamorado".

"¡Cállate!" Gritó Steve, haciendo que todos saltaran.

"Maldita sea, lo siento" murmuró Carol. Las dos chicas se miraron, sin darse cuenta de lo molesto que estaba en realidad.

Se quedaron en silencio, con el único sonido proveniente de Lily, que cantaba junto a la radio, queriendo aliviar el ambiente. Por suerte, minutos después se detuvieron junto a la casa de los Wheeler y Steve apagó el motor.

"¿Así que esto es todo?" se burló Tommy, mirando la casa, "no sabía que era tan rica como tú, Lily".

"Mi familia no es tan rica" replicó Lily, "Yo no soy Steve. Su casa tiene como siete baños".

Ley de Atracción | Steve HarringtonWhere stories live. Discover now