descanso

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• soft y corto
——

Era un día más en la sede del FBI, tan agotador como de costumbre, yendo de un lado a otro sin parar.

Pasando de patrullar a encargarse de un atraco, de una infiltración a una persecución, y sin mencionar el montón de papeleo que debía hacer.

Ser el director de la facción no es una labor fácil, encargarse de que todo salga correctamente y sin errores es un peso que carga a diario.

Parece que los únicos momentos donde puede darse un respiro son cuando sale de servicio. Pero hoy al ser una jornada atareada y recién siendo las dos de la tarde, decide tomarse un pequeño descanso.

Solo tenía una hora, la cual pasaría en su oficina recostado en el sofá, tratando de relajarse y quizás dormir un poco.

Con los ojos cerrados respiraba lentamente despejándose de todo, intentando recuperar las energías que el día le quitó.

No habían pasado ni diez minutos hasta que su celular recibe una llamada entrante.

Maldice en su mente mientras lo toma y cuando abre los ojos ve el contacto, tratándose del subdirector.

—¿Hola?

—Hola, Horacio.— escucha la voz del otro lado de la línea. —Sé que es tu hora de descanso pero... necesito pedirte un favor.

—¿Tiene que ser ahora?— pregunta cansado.

—Si, quiero... que me ayudes con algo del papeleo, es urgente.

—Volkov, amor mío, te ayudaría pero en verdad quiero descansar.— frota sus párpados con la yema de sus dedos y continúa. —¿Por qué no le pides a alguien más que te ayude?

—P-Porque... porque esto debes verlo tu. Hache, por favor...

—Ahg, bien, de acuerdo.— responde finalmente a su insistencia. Con mucha pereza se levanta del sofá. —¿Donde estás ahora?

—En la terraza de la sede. Te espero, Horacio.— habla con un tono animado antes de colgar.

El director se dirige a donde le indicó. Estaba a un piso de llegar a la parte más alta del establecimiento.

« ¿Ver papeleo en la terraza? ¿Se ha vuelto loco o qué? » duda en lo que queda de camino.

Termina de subir las escaleras y abre la puerta que da al exterior.

Se lleva una gran confusión cuando ve al ruso a lo lejos, sentado en lo que parecería ser una manta y con un par de cosas a su alrededor.

Mientras se acerca a él ve todo con más claridad.
Su pareja le había preparado un pequeño picnic en el centro de la terraza.

—¿Y el papeleo?— habla con un tono divertido, parándose frente a él.

—No hay. Ven, siéntate, Horacio.

El nombrado accedió, tomando asiento al lado del contrario. Por la manta estaban distribuidas varias comidas, una botella y dos copas; de las cuales Horacio tomó una antes de pronunciar:

—No era necesario, ruso.

—Lo sé, pero... quería hacer algo lindo para ti. Trabajas mucho y pensé que... un descanso así te gustaría. ¿Te gusta?

—Me encanta. ¿Te he dicho que te amo?

—Si, muchas veces, pero... no me molestaría oírlo una vez más.— responde con una sonrisa, y recibe un corto beso en la mejilla por parte del de cresta.

—¡Te amo!— dice alegre.

El resto de esa hora los jefes de la facción se la pasaron en la terraza del edificio, disfrutando de un relajante descanso antes de volver a trabajar.
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Fin!!

volkacio [ drabbles ]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant