(sin título #6)

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• soft
• basado en la foto de arriba
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La intensa luz del sol que atraviesa la ventana reposa en su pálido rostro con delicadeza, anunciando el inicio de un nuevo día.

Lleva la mano derecha a esta y siente su calor, con la yema de los dedos frota sus párpados un par de veces antes de abrirlos por completo.
Observa el entorno, su acogedora habitación, pero aquello no se comparaba con la bella imagen que tiene en frente.

Acostado en su pecho su novio dormía entre sus brazos. Recuerda lo que pasó ayer, invitó al de cresta a su departamento, vieron unas películas, y al hacerse de noche le ofreció quedarse a dormir. Obviamente era una propuesta que el contrario aceptó con agrado, y sí, fue una gran idea.

Sonríe, ya que con tan solo verlo le hace feliz. Pasa la mano por la cresta de su amado, brindándole caricias sin dejar de verlo.
Luego de un rato siente al contrario moverse un poco y, eventualmente, también abre los ojos.

—Buenos días, querido mío.— habla suavemente el mayor.

—¿Ya amaneció?— responde soltando un pequeño bostezo.

—Así es.

—Entonces, buenos días.— coloca la mano sobre la mejilla de su pareja, brindándole tiernas caricias. —¿Qué hora es?

—Déjame ver.— extendiendo el brazo hacia la mesa de noche alcanza su celular, lo enciende y mira el reloj. —Ya casi son las once.

—¡¿Qué?!— alza la voz antes de levantarse y salir rápidamente de la cama.

—¿Qué sucede?— le pregunta preocupado.

—¡Llegaré tarde al trabajo!

Oh, es verdad, tan metidos estaban en su burbuja de confort, que por poco Horacio olvida su horario rutinario.
Mientras se cambia rápidamente de ropa escucha a su novio decir:

—¿Te acompaño?

—No hace falta, de seguro también tienes cosas que hacer hoy.

—De eso no te preocupes, querido mío, puedo acompañarte si... espera, esa es mi blusa.

—Lo sé.— responde con una sonrisa juguetona y termina de ponerse aquella prenda a rayas. Se acerca al espejo que hay en la habitación, y mirando su reflejo observa que la talla le queda grande, pero aún así le gusta. —¿Me queda bien?

El de cresta se sorprende al sentir un abrazo detrás suya. Su pareja rodea los brazos sobre su cintura con tanta delicadeza que simplemente no puede evitar sonreír.

—Te queda hermosa.— apoya la cabeza en el hombro de su amado, y dándole un beso en la mejilla este le agradece.

Ambos solo deseaban quedarse en esa posición por un buen rato, pero lamentablemente tuvieron que separarse, sino Horacio llegaría tarde.

El ruso lo acompaña hasta la puerta. Se despide de su novio, el cual se va llevándose su blusa puesta. No es algo que le moleste, sabe que algún día se la devolverá, es solo un buen motivo para encontrarse pronto otra vez.
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Fin !¡

volkacio [ drabbles ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora