Capítulo 64: Planeando

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Briiss comenzó a despertarse sintiendo los párpados aún pesados. Echó un gran bostezo mientras estiraba los brazos, y repente, se acordó de la herida. Miró su pierna, y esta ya no estaba. Sorprendida, alzó las cejas y dibujó una sonrisa. Por unos segundos, se quedó quieta sin pensar en nada. Bueno, en una cosa sí pensaba: estaba viva, y con las personas que queria. Dejó escapar una risa de alegría y un suspiro. Al instante, se escuchó la puerta abrirse y Briiss vio que se trataba de la persona que más amaba en el mundo.

-Hola – murmuró Kili desde la puerta después de cerrarla.

-Hola – le devolvió el saludo con una sonrisa.

Kili se acercó a la cama y se sentó en ella. Briiss se destapó un poco y se acercó más a él, y notó que el rostro de Kili estaba algo apenado.

-¿Estás bien? - le preguntó Briiss acariciándole la espalda.

Kili la miró y le dijo:

-Tu... anillo. No está...

Briiss se sorprendió, le dedicó una sonrisa y buscó en el bolsillo de su pantalón, de dónde sacó el anillo de boda.

-No quería que me lo robaran, y lo escondí – sonrió Briiss.

-Yo... creí que... - intentó decir, pero se sintió estúpido – Creí que tú ya no querías... casarte...

Briiss volvió a sonreír y se abalanzó a Kili para así darle un apasionado beso. Kili lo correspondió alegremente y, al separarse dificultosamente, le preguntó:

-Entonces, ¿aún quieres casarte?

Se colocó detrás de él, lo abrazó por la espalda y le susurró al oído:

-¿Después de todo? Yo creo que sí...

Kili acarició las manos de Briiss sonriente, cogió una y la besó.

-No sabes lo mucho que te he echado de menos... - murmuró Kili serio.

-Ni tu... - murmuró ella esta vez.

Briiss salió de la cama y se fijó que encima de la silla había el vestido que Galadriel le regaló mientras estaban en Lothlórien. Sonrió y le dijo a Kili:

-Ahora vuelvo – y se fue poner el vestido al baño.

Mientras se lo ponía, observó su rostro. Habían varios cortes y un moratón. Entonces recordó todo lo que había sucedido. Había estado en Mordor, y era terriblemente espantoso, pero ahora estaba en casa, junto a Kili. Cuando se arregló un poco el pelo, se colocó el anillo sonrientemente. Salió del baño y se encontró a Kili tumbado en la cama por encima de las sábanas. Briiss andó sonriente hasta el lado de la cama de Kili y vio que no estaba durmiendo, si no que miraba al techo seriamente.

-Kili, ¿estás bien? - preguntó preocupada – Te veo serio, incluso enfadado.

Kili se sentó normal en la cama, y Briiss igual.

-Sí, estoy enfadado, - confesó, y Briiss se preocupó – conmigo mismo.

-¿Qué?¿Por qué? - murmuró Briiss.

-Por dejar que pasara lo que ha pasado – le dijo mirándola directamente a los ojos -. Fui un estúpido.

-No Kili, no debes pensar eso. Nos superaban en número y en todo caso fui yo, porque no me defendí como debía.

-Briiss... - murmuró cogiéndole una mano delicadamente – Después de esto, la verdad se me ha presentado ante mis ojos. No quiero que nada más nos separe. Tengo más claro que nunca que quiero pasar mi vida a tu lado. Siempre. Y para siempre.

Misión: EreborWhere stories live. Discover now