Capítulo 37: Heridas de guerra y... ¿partida?

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La batalla había terminado. Gandalf cabalgaba lo más rápido que podía mientras Briiss sujetaba a Thorin para que no cayera del caballo. Se dirigiían a Esgaroth, a buscar a Bardo. Por la entrada de la ciudad, deanvulaban ciudadanos de un lugar para otro. 

-¡Paso! - exclamó Gandalf entrando en la ciudad y, automáticamente los ciudadanos se apartaban de su camino.

-¡Bardo! - lo buscaba Briiss a gritos. - ¡Bardo!

Gandalf detuvo el caballo al ver que Bardo había aparecido en medio del camino.

-¡Bardo! - bajó Gandalf del caballo, y se acercó a él. - Necesitamos tu ayuda.

-¿Qué ocurre? - preguntó algo preocupado.

-Es Thorin, está herido. - dijo Gandalf con prisa.

Bardo apartó la mirada hasta el caballo y vio a Briiss en él, mirándole con pena. En sus ojos podía ver miedo. Después miró a Thorin tumbado en el caballo.

-¿Y eso que me incumbe? - dijo fríamente al recordar cuando Thorin negó dárles lo que les correspondía.

-¡Olvida eso ahora! Te podrá pagar, si vive... - le dijo Gandalf.

Bardo lo miró a los ojos, dudando de si debía hacerlo. Briiss bajó del caballo y le rogó:

-Por favor, Bardo... Necesitamos Athelas, sólo la tenéis vosotros por aquí...

-¿Vas a ayudarle? - le espetó Bardo. - ¿Después de todo lo que te ha echo?

-Sí. - dijo con decisión.

-¿Por qué? No lo comprendo.

-Porque tanto como yo tengo mis sueños, él tiene los suyos... - le murmuró. - Por favor Bardo...

Bardo miró a Gandalf y, después de meditarlo, le dijo a Briiss:

-Sigueme.

Briiss aliviada, le siguió hasta llegar a un lugar dónde habían mujeres y niños junto a provisiones. La gente miraba con sorpresa a Briiss, pero ella les dio la espalda.

-Toma. - le dijo Bardo entregándole un ramillete de Athelas. - Esto servirá.

-Muchas gracias. - murmuró con una mirada de agradecimiento.

-Sabes que no le debes nada, Briiss. - le dijo con su mirada apenada. - No después de lo que te dijo.

-Lo sé. - dijo con una sonrisa.

Bardo de agachó para quedar en la misma altura y, automáticamente, Briiss le dio un abrazo.

-Muchas gracias, Bardo. 

-No es nada. - dijo correspondiendo el abrazo, y luego se deshizo de él cuidadosamente. - Suerte.

Briiss asintió sonriente y volvió con Gandalf y Thorin. Se marcharon a toda prisa hacia la montaña. En la entrada se encontraban Oin, Gloin, Bifur, Bofur, Bombur, Balin, Dori, Nori, Ori, Dain y su ejército, pero menos numeroso.

-¡Thorin! - exclamaron algunos enanos preocupados al verlo desmayado en el caballo.

-¡Ayudadme a bajarlo! - dijo Briiss a la compañía.

Los enanos, sin preguntar por qué Briiss estaba aquí, accedieron y ayudaron a Briiss a llevarlo dentro. Lo tumbaron en una mesa de piedra. Briiss se quitó la parte de arriba de l armadura para estar más cómoda. Balin miró a Thorin tumbado en la mesa y ya lo daba por perdido, sentía que al rey al que podría haber seguido, se había ido, pero Briiss sabía que eso no era cierto.

Misión: EreborWhere stories live. Discover now