Misión: Erebor

Capítulo 24: ¡Sálvese quién pueda!

-Marchaos... - le dijo Fili. - Llévate a tus hijos, poneos a salvo.

-¿A dónde? - preugntó Bardo entristecido. - No hay lugar dónde refugiarse.

-¿Piensas matar al dragón? - preguntó Briiss preocupada hacia Bardo.

Él la miró y con aquella mirada, ella sabía que significaba un rotundo sí.

-Papá, ¿qué hacemos? - preguntó Bain.

Bardo miraba el suelo con la vista entrance, pensando en qué hacer. 

-Bain, ven conmigo. - dijo Bardo, y su hijo le siguió.

-¿A dónde vas? - le preguntó Briiss antes de que saliera, pero él no de detuvo y siguió andando.

-¿Qué crees que va a hacer? - le preguntó Fili a Briiss.

-Nada bueno. - murmuró ella.

El dragón se había despertado, eso era una señal de que Thorin y el resto llegaron a la montaña. Briiss decidida a no tener miedo en un momento como ese, les dijo a los tres enanos:

-Preparaos.

-¿Cómo? - preguntó Bofur.

-Debemos preparar la barca y las armas. - les dijo Briiss. - Bofur, intenta buscar una barca y las llevas a la parte de atrás.

Bofur asintió y se marchó para la busqueda de la barca.

-Fili, Kili, coged las armas.

-¿Y tú que harás? - preguntó Kili.

-Iré a buscar a Bardo. - dijo Briiss a punto de salir por la puerta.

-Voy contigo. - dijo Sigrid.

-No, quédate aquí. - le dijo Briiss. - Ellos te protegerán.

Nada más salir Briiss por la puerta, vio a lo lejos a Bardo y Bain junto a una barca. Iba hacia ellos, pero de pronto vio que Bardo era perseguido por guardias. Briiss bajó corriendo por la escaleras y se topó con Bain.

-¿Dónde está tu padre? - le preguntó preocupada.

-No lo sé, los guardias lo han perseguido, me ha dicho que regrese a casa. - dijo triste Bain.

-¿Y la flecha? - le preguntó con prisas Briiss.

-Mi padre me dijo que la escondiera. - dijo Bain.

-Está bien. Tú ve a casa. - le dijo Briiss.

-¿A dónde vas? - le preguntó.

-A buscar a tu padre. - fue lo último que le dijo Briiss.

Briiss recorrió por dónde había ido Bardo, pero ni rastro. Tenía la respiración agitada de tanto correr. No lo encontró, se paró en medio de un camino. Encima de ella había algo como si fuera un puente.

-¡Briiss! - escuchó la voz de Bardo. - ¡Briiss!

Briis se giró rápidamente pero no vio nada.

-¡Arriba! - volvió a exclamar Bardo.

Briiss miró a arriba y vio a Bardo encerrado en lo que arecía un puente, pero que resultaba ser las mazmorras.

-¡Bardo! - exclamó al verlo.

-¡Briiss ve a casa y, por favor, protege a mis hijos! - le suplicó Bardo.

-¡Te voy a sacar de ahí! - dijo Briiss.

-¡No! - la detuvo. - ¡Yo ya me apaño! ¡Tu ve a casa!

Briiss no quería hacerlo, pero no tuvo más remedio que hacerle caso, porque era su deseo. Cuando llegó a casa se encontró a Kili, Fili y Bofur peleando con orcos, a lo que eso la llevó a pelear también.