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NARRA ITADORI

Era algo intimidante, pero debo admitir que este hombre también era muy guapo sobre todo ese cabello blanco y ojos azules. Espero no estar equivocado, no parecía una mala persona, en todo el camino hablamos de cosas banales preguntando ciertas cosas del otro y me sorprendí al saber que era alguien importante, aunque no me dijo más detalles.

-Itadori y tienes familia?

-Bueno…si un hermano mayor o lo tenia

-Lo tenías?

-Es que pasamos por momentos difíciles y el se entrego como concubino a un noble.

Su cara se puso mas seria

-Entiendo, así que gracias a ello ahora estas bien

-Si por eso quiero aprovechar cada momento y cuando el vuelva yo seré mas fuerte y cuidare de el también.

Después de decir eso una de sus manos se poso en mi mejilla acariciándola algo que me tomo por sorpresa y me sonrojo.

-Eres una hermosa persona Itadori.

Me aleje un poco por la vergüenza, la sabia como estremecer mi corazón.

Seguimos el camino asta llegar a casa.

-Itadori quisiera verte de nuevo, claro si tú también quieres

Me sorprendí, pero ciertamente no me desagradaba la idea.

-Emm..yo… si esta bien

El sonrió tiernamente

-Entonces te vere luego yo te buscare tenlo por seguro

Se acerco a mi para despedirse, pero su cara estaba en un momento muy cerca de la mía parecía que iba a besarme en los labios.

-Itadori!!!- una voz nos interrumpió

-Nobara- la cara de la chica mostraba molestia

Gojo simplemente no le tomo importancia y acato mi atención

-Entonces nos vemos en otra ocasión- me dio un beso rápido en la mejilla- adiós Itadori

Se fue dejándome más nervioso que antes

-Pero como se te ocurre involucrarte con el Itadori?

-Como que con él?

-Es un vampiro de elite, maldición espero solo estuviera jugando.

Me sorprendí aún más, un vampiro había estado conmigo, pero no parecía un monstruo como siempre escuché, todo lo contrario, era tan amable y gracioso.

NARRA MEGUMI

Ya era de madrugada y el dolor en mi garganta era insoportable, mi cuello estaba rojo por rasgarlo un poco pero no podía evitarlo, quería sangre, solo su sangre.

Me quede tendido en el suelo de la sala, pero entonces escuche la puerta abrirse y unos pasos se acercaron a mí.

-Pareces cansado…pequeño lobo

Era ese desgraciado, era claro que estaba disfrutando viéndome asi, siguió sonriendo y se sentó en un sillón.

-Esta débil, Megumi ¿acaso quieres mi sangre?

Solo podía soltar quejidos, pero es que era verdad, aunque lo odiara necesitaba de él, ya no aguantaba esto.

Como pude me acerqué a él a rastras tomando una de sus piernas con mi mano.

-Por..favor..- era difícil hablar- duele….arde…

Soltó una carcajada, acerco una de sus manos a mi rostro sosteniendo mi mentón.

-Eres una mascota impertinente- paso de mi mentón a mis labios logrando que abriera la boca con su pulgar- que hambre tendrás, pero sabes que una buena mascota debe hacer cosas para conseguir su premio.

Dejo mi rostro y se desabrocho el pantalón y bajo un poco su ropa interior dejando ver su gran penen.

-Anda- sonrió- sabes que tienes que hacer si quieres tu premio.

Quería negarme, mi orgullo no me lo permitía pero también quería que dejara de doler, mi garganta ardía como el demonio. No me quedaba de otra.

Me puse de rodillas y me acerqué a su miembro empezándolo a lamerlo, sentía sus manos pasar por mi cabello.

Era muy grande y debo decir que, aunque no me agradara ahora no podía evitar empezar a excitarme también. Seguí lamiendo no solo su pene sino también más abajo en sus testículos.

-Puedes hacerlo mejor Megumi- seguido con esa insoportable sonrisa.

Por fin metí su miembro en mi boca, pero por el tamaño no podía hacerlo por completo empecé a mover mi lengua y luego mi cabeza iba hacia adelante y atrás, mis quejidos salían en ocasiones y los gemidos del vampiro no se hicieron esperar.

En un momento sentí el agarre en mi cabello entonces empezó a mover más rápido mi cabeza e incluso empezó a dar estocadas a mi boca. Mis gemidos y quejidos no podían salir completamente, mis lagrimas empezaban a salir y el sabor de su liquido preseminal.

-Mierda…mmmggg…..haaa….nnggghhaaa…tienes una boca muy rica

-MMMGGG….mmmgggg- iba más y más rápido que me ahogaba.

-No aguanto….Megumi….MMggg…HHAaaaa

Y sin aviso previo se vino en mi boca.

-No lo derrames… trágatelo todo.

Este maldito, obedecí pues sino seria aún peor. Aunque trate de no derramar nada ciertas manchas blancas estaban en la comisura de mi boca, el me levanto y sentó en sus piernas limpiando esas manchas.

-Bien ya que eres un lobito obediente, te daré lo que quieres.

Con sus colmillos mordió su muñeca y la puso en mis labios.

-Anda Megumi, bebe mi sangre.

No pude esperar así que tomé su muñeca y empecé a beber con desesperación, era tan deliciosa, ¿Este era el éxtasis que el sentía cuando bebía de mí? ¿Por este sabor me quería a mí?

Seguí bebiendo y el empezó a tocar todo mi cuerpo en especial mi entrepierna haciéndome gemir mientras tomaba aun su sangre. Rompió mi ropa también.

-Que esto te haga recordar a quien le perteneces.

ERES MI MALDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora