*9*

503 48 1
                                    

NARRA SUKUNA

Mierda este maldito niño me estaba maldiciendo. Jamás había pasado tiempo con un concubino, no así, y ahora no solo quise conocerle no solo en le sexo sino mas haya. Sabia muchas cosas de el gracias Maki pero aun así quería verlo mas de cerca por mi miso, como sonreía por el mar, como disfrutaba la mas simple comida.

Y cuando ese tipo le hizo daño sentí una rabia incontrolable, quería matar al desgraciado, pero tenia que tender a Megumi, maldición incluso lo curé yo mismo. Lo deje dormir en mi cama, en mi habitación. ¿Qué me pasa?

En la mañana el seguía durmiendo, no quise despertarlo así que me prepare para irme, pero antes deje una nota y lo contemple. Su rostro estaba tan calmado, era tan hermoso, pase una mano por su mejilla asta su cuello, las marcas de mis mordidas y de mas no habían desaparecido, talvez debería darle un descanso.

Despues de eso salí encargando a Mai de Megumi.

NARRA MEGUMI

Me desperté, pero Sukuna ya no estaba, miré a mi alrededor recordando que estaba en su cuarto, me sonrojé, pero parecía que ya no había problema con ello.

De repente la puerta se abrió, era Mai con una bandeja de comida.

-Valla suerte tienes- mencione- que te permita quedarte aquí…

Dejo la comida para dirigirse a la puerta.

-Mai…- se detuvo y me miro- gracias y solo quería que supieras que quisiera…llevarnos mejor, te esfuerzas mucho así que podríamos intentarlo.

Se me quedo viendo sin expresión alguna.

-Como sea, has lo que quieras- salió, pero extrañamente no sonó igual de fría que siempre.

Bueno supongo que había sido un avance.

NARRA SUKUNA

Todo el maldito día su rostro no deja de aparecer en mi mente, quería regresar a casa cuanto antes pero los malditos negocios no podían esperar además otra vez vería a él imbécil de Gojo.

Estaba firmando papeleo cuando este entro sin avisar.

-Hola Sukuna ¿me extrañaste?

-Entra así una vez mas y te mato.

-Vamos no seas amargado, solo quería darte los informes de exportación- me dio unos documentos

-Bien entonces lárgate

-Mierda sé que no envejecemos, pero si sigues igual te saldrán arugas. - rio- por cierto, mañana es la reunión iras ¿cierto?

-No tengo opción

-Bien, y lleva a mi futuro cuñado

-Que?

-Si resulta que tu concubino es hermano de el chico que me interesa.

- ¿Cómo lo sabes?

-Lo investigue, tu concubino se llama ¿Megumi no? Pronto seremos familia, aunque no ira conmigo mañana ya que al parecer no podrá.

-Cállate no digas mas estupideces.

-Bueno entonces te vere mañana.

No quería exponerlo, pero muchos llevaban a sus parejas o concubinos a ese tipo de reuniones siempre entre mas hermoso tu acompañante mejor y mas si eras de la elite como yo, pero claro que no solo veía a Megumi por eso.

Al volver a casa me detuve en una tienda y le compre un traje azul seguramente le quedaría bien.

Al llegar fui a mi habitación, pero me sorprendí de no verlo ahí, me alere un poco pues su herida aun estaba abierta ¿pero porque me importa? Yo lo había herido de formas peores desde antes.

ERES MI MALDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora