IV

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Capítulo 4: Uno contra Uno.

Hannah:

Estar en una escuela nueva cuando jamás habías estado en una puede ser algo confuso, no sabes muy bien que hacer porque no sabes que puede estar bien visto o mal visto.

Ser la chica nueva tampoco ha sido fácil. No entiendo nada de lo que hablan los demás, es como si la lengua en la que hablaban fuera diferente, hablan de temas de los que jamás había escuchado

Las clases son un poco aburridas porque en la mayoría de ellas ya se los temas y todos me miran como si fuera una clase de bicho raro. Eso fue un poco hiriente ¿por qué miraban a alguien de una manera fea si no lo conocían?

Lo mejor de mi día fue conocer a Lainey, es muy amable y algo extraña, pero eso la hace diferente a los demás y a mi me gusta lo diferente, lo que no encaja dentro de "lo normal".

Sus amigos también me agradaron, Oliver es un poco escandaloso, pero su actitud escandalosa parece agradable a todos. En cambio con Nora, ella es un poco más calmada y callada en público, pero también tiene lo suyo cuando está a solas con sus amigos.

Lainey me contó un poco sobre la escuela y lo que a ella le gustaba hacer. A pesar de que parece un poco tímida es demasiado estudiosa y siempre dice las cosas con claridad, también regaña mucho a Oliver y a Nora cuando se pelean entre ellos.

―Después de aquí iremos a el gimnasio― ambas caminábamos de nuevo por los pasillos, pero por alguna razón, Oliver y Nora no venían con nosotros.

―¿Y que se hace ahí?― le pregunte mirando a todos lados.

―Ejercicio― respondio sin dejar de caminar.

―¿Qué clases de ejercicio?― Lainey suspiró y se detuvo frente a mi.

―¿Enserio no sabes nada de nada?

―Se que en el cuerpo de un humano adulto hay aproximadamente entre 4,5 y 6,0 litros de sangre― eso es algo que todos deberían saber, muy importante y puede servir en cualquier ocasión.

―Okey... eso es raro― me encoji de hombros ―Bueno como hoy es lunes tal vez corramos y después juguemos básquetbol.

―¿Qué es básquetbol?

―Un juego en donde tienes que encestar un balón en el aro que se encuentra a algunos metros del sulo― me explico pacientemente.

Eso es lo que me agrada más de ella, por más que pregunto sigue respondiendo con amabilidad y paciencia.

―¿El juego en donde persigues a la persona que tiene una pelota y luego tu la puedes lanzar?― ella asintió varias veces con un extraño alivio en su mirada.

―¡Exacto! Solo que no es una pelota es un balón, pero esta bien eso no tiene importancia― una vez más en el día tomó de mi mano y caminamos hasta un salón más grande, muchísimo más grande.

Nosotras dos y una mujer éramos las únicas en el lugar.

―¡Buenos días chicas!― la mujer de pelo negro amarrado en una cola alta,  piel morena y unos muy lindos ojos cafés claros se aserco a nosotras muy animada.

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