Lorelei siempre estuvo enamorada de Steven.
Steven siempre estuvo enamorado de Lorelei.
Lorelei espera casa verano para poder verlo.
Steven cuenta los días para volver a verla.
Lorelei sabe que podría ser el último verano todos juntos.
Steven es...
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LA CENA DE CUMPLEAÑOS había llegado y todos se encontraban en el comedor.
Susannah y Laurel en los extremos de la mesa, Taylor, Belly, Cameron y Mónica de un lado, mientras que en el otro se encontraban Conrad, Jeremiah, Steven y Rory.
Todos disfrutaban de la comida y la compañía, la cena de langosta había sido una tradición en el cumpleaños de Belly desde siempre.
—Cam, ¿Puedo decirte Cam Cameron?— le pregunto Jere.
—Sí, claro. Esta bien— Acepto.
—Genial.
—Me alegra que hayas venido, conozco a tu mamá del club— hizo saber Susannah, —Oí mucho de ti.
—Gracias por invitarme, mi mamá envía saludos— menciono el chico.
—¿Alguna vez comiste miyeok guk?— le pregunto Laurel, —Es una tradición de cumpleaños coreana.
—No, se ve muy bien, gracias— acepto el plato que le ofrecio.
—Como eres vegetariano, no tiene carne— explico.
—Gracias, Laurel, que amable.
—¿Por qué no comer carne, Cam Cameron?—pregunto Jeremiah.
—Esa industria es el primer culpable del calentamiento global— conto, —Y me gustan los animales.
—No ataques mi chaqueta de cuero— bromeo Taylor.
—Cuero sintético— añadió con una sonrisa fingida la castaña y los chicos a su lado se rieron.
—Belly come carne, ¿Dejas que te bese con esos labios?— cuestiono el menor de los Fisher.
—Chicos, basta— ordeno la cumpleañera.
—No critico a quienes comen carne, es una decisión personal— señalo Cameron.
—¿No te molesta que sus labios toquen un animal muerto y luego toquen tus labios?—se burlo el rubio.
Belly lo pateo por debajo de la mesa y la castaña se rio.
—No me molesta, de hecho—se acerco a besar a la chica a su lado.
—¡Que lindos!— exclamo Rory.
Los dos chicos a su lado empezaron a hacer ruidos de vomito.
La castaña volteó a ver a su amigo quien ya tenía una mueca en la cara.
—Belly puede besar— aclaro Mónica haciéndolos callar.
—Pero nada más— bromeo Laurel riendo.
—Por favor, no eres graciosa, basta de vino— opino su hija avergonzada.
—Es que no entiendo por qué alguien querría besarla si se cagó en la bañera— menciono su hermano.
