FELIZ SAN VALENTÍN II

51 19 0
                                    


Cruzamos las rejas de la casa de Adrix, y me cuestiono el que sea de clase media. No lo noté antes porque era de noche, pero es una casa enorme.

Una punzada de nervios me invade cuando entramos, es más que obvio lo que va a pasar, así que estoy un poco ansiosa.

—Mis padres no están— Dice cuando subimos las escaleras— Así que siéntete en confianza.

Eso es un puto alivio. Entramos a su habitación y prende las luces, detallo mejor toda la habitación, y me percato más a fondo de la estantería sobre la cama, con algunos libros.

Aparto el pensamiento al recordar lo que mamá les hizo a los míos. Y otra cosa por la que estoy nerviosa... ¡Jamás me había escapado de la escuela!
Y veo a Adrix así... tan normal.

Vuelvo a tragar grueso viendo de cerca las fotos.

—¿Y ahora qué?— Digo para romper el silencio.

—Vamos a la cama— Abro los ojos como platos cuando lo dice.

«Uy , porque te desagrada la idea... ¿no?»

Tardo dos segundos en acomodarme a su lado, y solo me pregunto quién le quitará la ropa a quién primero.

Así que arrugo la nariz cuando estira un brazo hacia arriba, tomando un libro en sus manos.

—¿Vamos a leer?— Frunzo el ceño.

—Sí...— Dice pasando las páginas— ¿Para qué creías que vinimos?— Parpadeo repetidas veces tratando de aparentar normalidad.

—A leer obviamente— Respondo tranquila acostándome a su lado.

Me fijo en la portada y noto que es A Través de mi Ventana. Aguanto la sonrisa, porque hubo un tiempo que nos estuvimos diciendo bruja y dios griego, porque cuando lo empecé a leer no me gustaba nada y él usaba eso para molestarme y a la vez, motivarme a seguir leyendo.

Debo tener la mayor cara de idiota, porque lo miro embobada cuando hace algo tan simple como pasar las páginas. Se lame el pulgar, y ese mero gesto manda cosquilleos a los lugres equivocados.

Veo que alcanza un marcador azul, justo al inicio del capítulo 49 del libro: El descontrol.

Peligro. Ya sé por donde va esto porque justo ahí comienza a narrar Ares Hidalgo.

—No puedo controlarme— Comienza a leer— No quiero controlarme.

Y a mí me cuesta controlarme cuando comienza a leer.
Su voz sexy + Lectura +18 = Nada bueno.

—La estampo contra la pared besándola desesperadamente...

Sigue leyendo y yo paseo la vista por la habitación, pensando de pronto en que no tendría ningún problema en alzarme mientras enrosco las piernas en su cintura, y me...

—¿Mojadita tan rápido?— Muevo rápidamente la cabeza creyendo que está hablando conmigo, pero caigo en que sigue leyendo.

Noto mis piernas tensas, y mi pecho es un auténtico sube y baja, y se descontrola aún más cuando Adrix lleva la mano que tiene a su lado hasta el borde superior de mi falda de uniforme, paseando los dedos a un lado y al otro.

—¿Ella de verdad piensa que podemos detenernos ahora?— Yo sí que no puedo.

Desabotona con total agilidad la falda, lentamente, trazando pequeños círculos en mi vientre, haciéndome estremecerme.

—Mis labios abandonan los suyos para lamer y mordisquear la piel de su cuello, sé que es su punto débil.

Pero ya yo capto su voz tan lejos, que tan solo me concentro en como baja de a poco la mano hasta alcanzar la tela de mis bragas. Me esfuerzo por no tensar las piernas y que note lo excitada que estoy, pero se me hace jodidamente difícil.

—No voy a ser gentil— Dice y ya me sé el diálogo que prosigue, así que alzo la vista mirándolo directamente.

—No quiero que lo seas— Decimos al unísono.

Duro dos segundos viéndolo directamente cuando hunde los dedos en mí, haciendo que un gemido se me escape ya que no lo esperaba.

Deja el libro de lado y se lanza a comerme la boca, literalmente, porque la forma en que me muerde sin dejar de mover los dedos solo puede nombrarse así.

Pasa a dejar besos húmedos en mi mandíbula y con la otra mano desabotona la blusa del uniforme, pasando a besarme el cuello.

Me estremezco con la lentitud de su toque y la dedicación de sus besos, introduce la lengua en las copas de mi sostén lamiendo mis pezones. Deja un lengüetazo entre mis pechos y baja hasta el borde de la falda.

Siento su ausencia cuando saca los dedos de mi sexo, terminando de bajar la falda junto con las bragas, y yo abro los ojos previendo lo que va a hacer.

—No...— Es todo lo que consigo decir.

Me muero de vergüenza y creo que es algo muy personal. Pero él solo alza la vista con una sonrisa pícara, sus ojos encontrándose con los míos.

—Luego de que empiece, ya me dirás que no pare— Dice abriéndome las piernas sin darme tregua a asimilarlo.

Se me escapa un jadeo cuando me da un lengüetazo. Siento mi cara arder de lo roja que debo estar, pero Adrix toma ese sonido como una cordial invitación para seguir. Así que vuelve a introducir la lengua, y luego succiona apretándome los muslos.

Arqueo la espalda apretando la sábana, no tenía idea de que pudiera ser tan putamente placentero, y lo acompaña llevando las manos a mis tetas apretándolas también.

Me deja una mordida que me hace jadear otra vez, y pellizca mis pezones, haciendo que esa puta corriente se vuelva a almacenar bajo mi vientre.

¿Y cómo no volverme adicta a él? Si es que todo de él me encanta.

Una succión, una puta succión más y acabo explotando, sintiéndome jodidamente bien.

—¿Y...?— Dice subiendo hasta quedar  a mi lado.

—¿Qué...?— Pregunto extasiada.

—¿Ya no quieres más?

Dice alzando una ceja, con una puta sonrisa torcida.

—Gilipollas— Le trato de soltar un manotazo riendo, pero no tengo fuerza ni para eso.

—Oye bruja.

—Mjmm— Digo sin apartar los ojos del techo.

Pero más me sorprendo cuando alza una mano, con una rosa roja entre los dedos. No tengo ni idea de dónde la tenía, o de cuándo la consiguió, solo se me graban las palabras que dice a continuación robándome una sonrisa:

—Feliz San Valentín.

__________________________________
Nota de la autora:
Aww voto de la suerte para un San Valentín así ;)
Esto es un especial triple actualización xD

Consejito sano: No se escapen de la escuela, y menos para "leer"

Kisses... Ly

CAOS EMOCIONAL [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now