CAPITULO 25

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-No quiero hacer algo de lo que te vayas a arrepentir Allana -con una mano la ayude a despejar el pelo de su cara y colocárselo detrás en la oreja. 

Note en sus ojos como se replanteaba otra vez la opción de dar un paso bastante importante en esta situación. 

-Venga anda, volvamos a Alexandria -pose un suave beso en sus labios que la saco del trance de aquella decisión y decidimos ir a casa.

No me gustaba llamarla casa delante de ella, porque sabia que ella no lo sentía así.

Decidimos ir a pie, sabíamos que si llegábamos allí en coche se lo quedarían y podríamos hacer algún día otra excursión, así que lo rodeamos de setos y plantas para que se viera un poco menos y fuimos en marcha hacia nuestra familia. 

Allana me hablaba animadamente de donde solía vivir antes de la catástrofe, yo me limitaba a escuchar su dulce timbre de voz.

-Aquella fue mi casa durante toda mi niñez, alguna vez podríamos ir, no esta muy lejos de aquí yo creo.

-Si es lo que quieres podríamos mirar rutas para ir hacia allí -le dije con una pequeña sonrisa levantada por un lado.

-AHHH, me encantaría -se emociono tanto, que hasta un conejo salió corriendo de unos setos que teníamos a nuestra izquierda. 

Ya estaba oscureciendo, el atardecer disminuía detrás de nosotros, caminábamos tranquilamente por la carretera esperando encontrarnos con el gran portón antes de que anocheciera.

Allana se quito la gomilla de la trenza que llevaba echa y la sustituyo por una cola de caballo alta, aun así algunos mechones caían delante suya pero se limito a ponérselos tras sus orejas. 

Me di cuenta de que varias mechas de color más rubio le quedaban imobiles en la coleta perfectamente alineadas, supongo que el sol había echo de las suyas y había echo que su pelo se volviese de un tono más claro. 

Su nariz respingona respiraba suavemente y sus ojitos no paraban de visualizar cada lugar de aquella carretera. Ahí fue cuando me di cuenta de lo guapa que estaba cuando ella no se daba cuenta de que la observaba y mira que lo hacia.

[...]

Los portones de Alexandria se abrieron delante nuestra, dejandonos así pasar hacia su interior, las calles estaban completamente en silencio, no había niños correteando ni si quiera algún animal de compañía o algo. 

-¿Habra pasado algo? -pregunto mi chica dudosa, casi era notorio el miedo en su voz, aunque lo escondía bastante bien

No respondi, solo miraba las calles con preocupación.

Subimos las escaleras del porche de mi casa y abrimos la puerta despacio, andamos unos pasos y ahí estaban todos. 

Toda la familia se encontraba en el salon, junto a la mesa y con unos planos bastantes grande puestos en la mesa de centro.

-¿Qué ha pasado? -fue lo único que dije. 

Todas las miradas cayeron en nosotros dos, papa y Daryl vinieron directos hacia nosotros.

-Nos teníais muy preocupados, Carl -diría que lo que me extraño no fue la situación, si no el "nos" en plural que dijo mi padre, normalmente no estaba muy a favor de que Allana se quedara aqui. 

Daryl le revolvió un poco la coleta a modo de saludo a Al y ella se giro a mi con una tierna sonrisa, sabia que no se sentía muy querida por todo el grupo, pero si sabia que el gesto del ballestero le había alegrado algo.  

-No debéis preocuparos, subir a ver a Judith, te ha echado de menos -dijo mi padre mientras qu eme daba un leve tirón del sombrero.

Me despedi de todos con un asentamiento de cabeza pero All no se movía de su sitio, se quedo fija, mirando a la nada hasta que pronuncio unas palabras. 

-¿Es por mi padre no?, ha estado aquí -el silencio reino en la sala, haciendo que yo me diera la vuelta para comprobar si eso era verdad, efectivamente Negan había estado aqui antes que nosotros.

Nadie hablaba hasta que Maggie lo hizo. 

-Sabe que estas aquí, y viene a por nosotros, nos ha declarado la guerra a toda Alexandria -los ojos de todos aquellos que nos situábamos en esa casa desprendían preocupación, miedo y angustia. 

-¿Somos mas en numero no? El reino esta de nuestro lado -solo intentaba mentalizarme y buscar soluciones pero la situación era difícil. 

-El reino ha renegado la propuesta chico -dijo Daryl -esta vez estamos solos.

La única solución que había era luchar, eso lo sabíamos muy bien, pero el problema mas grande era que nos ganarian, son más en numero y en armamento, esto se estaba poniendo bastante feo.

[...]

Era tarde, al rededor de las 4 de la madrugada y yo no podía dormir, no paraba de darle vueltas al asunto de Negan y Alexandria, pero entre todas esas cosas estaba Allana, sabia que ella no querría matar a su propio padre, es lógico.

Pero después de todo lo que hizo se merecía morir, nos estaba haciendo sufrir cada vez mas, se llevaba todo lo que el quería y hacia con esta comunidad todo lo que le venia en gana, y eso no estaba bien. 

Mire hacia mi derecha para ver a una Allana sumida en un profundo sueño, pequeños mechones de pelo caían en su rostro, algunos aun mojados debido a que los dos nos duchamos después de llegar y hablar con el grupo. 

Le subi un poco la sabana hasta cubrirla por la cintura mas o menos y le quite el pequeño mechón para colocárselo detrás de la oreja. 

Me encantaba hacerle eso, no se porque pero me encantaba. 

Ella se veia tan tranquila en este lugar, aquí a mi lado, siempre la queria tener a mi lado aunque apenas se lo dijera. 

Me di cuenta en ese mismo instante que nosotros éramos dos adolescentes aprendiendo a amar, aunque a veces no supieran como.





Con mucho cariño, dedicado a @Judy_715 




TWD:Te odio  {Carl Grimes} #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora