Michael Jackson Xxx; Disfruta.

08: 🔥 "Cocina" 🔥

*Narra Michael*

—Soy un joven maduro. —golpee mi frente con mi puño levemente—.

Ya era la décima vez que me repetía esa frase. Estábamos en una situación bastante difícil. ¿Por qué "estábamos"? Bueno, porque era yo y mi amiguito.

Estaba en la casa de mi tía. Mi prima había traído a una amiga y esa amiga... Era todo lo que estaba jodidamente bien. Tenía bien moldeado su escote. Sus caderas eran redonditas. Su cintura no media 60cm pero era perfecta para mí y sus labios tenian un encanto delicioso.

Ya había visto que habían pasado varias veces en traje de baño. Era entendible. Hacía calor y afuera tenían una alberca. Aunque... Ni con una alberca se me bajaría el calor que tengo justo ahora.

—¡Michael!

Escuché la chillona voz de mi prima y la mire.

—¿Que demonios pasa? ¿Por qué gritas?

—Tratame bien, idiota. Solo quería invitarte a la...

Mi respuesta salió, casi, como la velocidad de la luz.

—¡No!

—Bueno, tampoco me grites tú. No te hubiese invitado de no ser por Tn. —revoleo los ojos—.

Sentí una presión en mi corazón que claramente ignore.

—Dile que gracias.

Volví a mi posición inicial y suspiré. Oí sus pasos alejarse y comencé a maquinar mi cabeza. Tenía que tener alguna oportunidad ahora, ¿No?

*—Rato luego—*

Era ya pasada la mitad del día. Hacía un momento habíamos terminado de comer. Estaba lavando los platos con la amiga de mi prima ya que la susodicha se había ido a dormir. Estábamos hablando y riendo mientras yo enjabonaba los platos y ella los enjuagaba.

Hasta que a mí se me ocurrió pasar al otro lado para secar los platos... Al pasar por un espacio tan angosto mi entrepierna quedó justo entre medio de su trasero. Ambos no sabíamos que decir por lo que nos quedamos inmóviles por un momento... Lo que fue peor.

—Mmh~. —gemi en cuanto mi pene fue haciéndose grato al calor de esos redondos pedazos de carne—.

—M-Michael. —dijo mi nombre en un suspiro—.

Ambos lo deseábamos.

—Se buena niña.

Sin dejarle decir nada. Tome sus caderas y las apreté contra mi, jadee al contacto y las moví en círculos. No aguante más y le di la vuelta a su formado cuerpo para besarla con salvajismo mientras caminaba hacia la otra mesada. La tomé desde sus grandes muslos y la apoye en la mesada aún besándola. Mi mano se estiró y alcanzó a cerrar la cortina de la puerta.

—M-Michael, m-mas rápido.

Sabía lo que quería. Quería que la haga entrar en placer ya.

Levanté su blusa y comencé a manosear sus pechos. Cómo no los veia, mis manos y mis labios eran mis ojos.

—Jackson...—jadeo en mis labios—.

Era tan delicioso y excitante que me llamara así, comencé a besar su cuello desabrochando el botón de su pantaloncillo y bajarlo. Ella se levantó levemente para dejarme bajarlo y también bajar su ropa interior mientras jadeaba mi apellido.

—¿Quieres sentir lo que has echo tan solo siendo tú?

No la deje dar respuesta ya que lleve su mano a mi entrepierna. Ella soltó un pequeño chillido satisfactorio.

—¿Te gusta?

—Me encanta.

Dió un apretón a la punta de mi amiguito. Yo solté un jadeo.

—Te estás ganado un pase al cielo, chiquilla.

Comencé a besarla de nuevo, ella disfrutaba de mis roces y besos. Sin que ella se diese cuenta, me saque el pantalón y el boxer para poder entrar en ella sin rodeos.

—¡Aaahh!~

Tape su boca al instante, lo más excitante de esto es que nos podían descubrir. La sostuve por sus amplios muslos y comencé a penetrarla dando embestidas lentas pero firmes. Ella tenía una mano en mi nuca apretando mi rostro a ella y su otra mano estaba detrás de ella, sosteniendo su cuerpo. Yo acariciaba una y otra vez su vagina, solo que no con mis manos. Comencé a chupar la punta de sus pechos y me sentía en el cielo. Podía apostar cualquier cosa a qué ella también.

—M-Michael. E-es demasiado g-grande. Ahh~

Su centro me apretaba. Me apretaba de una manera deliciosa. Acaricié su cuello y lo apreté con mi mano sin lastimarla. Comencé a dar más embestidas teniendola desde ahí. Esto era tan satisfactorio.

—¡Oh, nena!~ —jadee en su oido—.

—M-Mike~

—D-Dime.

—M-Me voy a co-correr.

—A-Aun no, nena.

Me quedé quieto y comencé a besar su cuello, todo hasta que se pasará un poco su orgasmo. Mi mano, que antes estaba en su cuello, ahora estaba en su pecho izquierdo. Lo apretaba a mi antojo. Era tan suavecito.

—¡M-Mike, sigue! —me reclamó—.

—¿Cómo se dice? —solte una risita—.

—¡Por favor!

—¿'Por favor' que?

—Por favor, Mich.

—¿'Por favor' que?

—Por favor, Mike.

—¿'Por favor' que? —insisti una vez mas—.

—¡Por un demonio! ¡Por favor, daddy!

Reí—: Así me gusta.

Comencé a moverme de nuevo, moviendome en círculos de una manera rítmica. Ella disfrutaba enormemente de eso. En poco tiempo ya nos habíamos corrido ambos, dimos el último gemido y salí de ella. Ella intento bajarse de la mesada pero el orgasmo de recién la había dejado débil, así que no pudo ni siquiera intentarlo.

Yo reí—: Y eso que no lo hicimos en una cama.

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