6

1K 96 16
                                    

Ya había acabado su turno, y le agradecía al cielo por eso, ya no aguantaba a Robin, la chica no dejó de reírse por su coqueteo fallido desde que había ocurrido, literalmente cada media hora soltaba una pequeña risa recordando lo ocurrido.

-Steve, ¿puedo pasar la noche en tu casa?- preguntó la rubia mientras cerraban la tienda. -Mi papá no va a estar en casa hoy y no quiero quedarme sola.- explicó.

-Solo si dejas de reírte, porque me estás comenzando a estresar, Rob.- dijo caminando hacia su auto. Eso sólo hizo que la chica soltara una carcajada estruendosa.

-Perdón, ya, no volverá a pasar.- aseguró mientras ambos subían al auto. El chico la miró fijamente.

-Te juro que si ríes una vez más te tiro del auto en movimiento.- amenazó con los ojos entrecerrados puestos en la chica.

-Como usted diga, señor.- se puso lo más seria que pudo evitando con toda su fuerza de voluntad volver a reírse. -Por cierto, pasemos por mi casa antes, tengo que buscar ropa.- pidió mientras rebuscaba en la guantera.

-De acuerdo, también tengo que pasar por el supermercado rápido, tengo que comprar algunas cosas.- observo a la chica rebuscar en su guantera. -¿Qué haces?-

-Solo veía que había aquí, pero como siempre nada interesante.- se echó hacia atrás en su asiento cerrando los ojos. -Oye...- El otro hizo un sonido para indicar que la escuchaba. -¿Me compras un chocolate en el súper?- preguntó aún manteniendo su posición.

-No.- respondió con un tono cansado.

-¿Qué? ¿Por qué no?- abrió sus ojos y miró el perfil del chico que manejaba.

-Porque te pones aún más hiperactiva cuando comes dulces, no voy a alimentar tu hiperactividad, Robin.- explicó con su vista en la carretera.

-Vamos, Stevie, no seas así.- rogó. -Te prometo que no voy molestarte, ¿sí?-

-¿Por qué no compras tu propio chocolate, Rob?- preguntó el castaño confundido.

-Es que gasté todo el dinero que tenía para hoy en el almuerzo.- sonrió inocentemente.

-Tú querías doble postre, ahora atente a las consecuencias.- dijo sin más el castaño.

-Si me lo compras te dejaré en paz y sólo molestaré a Eddie todo el tiempo.- ofreció, quería un chocolate y lo obtendría. El castaño pareció pensarlo un poco hasta que asintió.

-De acuerdo, pero tienes que ser un grano en el culo para Munson hoy.- sonrió malicioso.

-Como usted ordene, mi señor.- hizo una leve reverencia sólo con su cabeza.

...

Estaban en el auto del castaño de camino a su casa, ya habían pasado por la casa de la rubia y por el supermercado, compraron solo cosas básicas como leche, pan, huevos, etc, y obviamente, chocolates.

-Sigo sin creer que tuve que rogarte en el auto por un chocolate, y en el súper tomaste uno para Eddie solo así.- habló atónita mientras comía su barra de chocolate.

-Ya supéralo, Robin.- dijo el castaño.

-Sólo quiero aclarar que me siento ofendida, Steve, muy ofendida.- dijo mirando directamente a su perfil.

-Te compré, no una, sino dos barras de chocolate, Robin, ¿por qué te molesta que le haya comprado una a Eddie? Cielos...- habló con un tono cansado.

Huésped {Steddie}Where stories live. Discover now