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-Y entonces fue cuando...- se vió interrumpido por el sonido de la puerta siendo tocada. -Adelante.- dijo despacio. Por la puerta entró Robin, a la chica le tocaba el turno de noche ese día para cuidar a Max; todos estaban empeñados en no dejar a la pequeña sola ni un segundo, lo de Vecna era reciente y tenían miedo de que éste pudiera volver por ella y no hubiese alguien cuidando, si tenían que relevar turnos todos los días hasta que la chica despertaba, lo harían.

-¿Qué hacías?- preguntó la rubia con una media sonrisa tomando asiento junto al castaño en el sofá a un lado de la cama.

-Le leía.- suspiró. -Quizá sea estúpido, pero tengo la esperanza de que ella pueda escucharme, escucharnos a todos.- extendió su respuesta mientras cerraba y guardaba el libro.

-No creo que sea estúpido, creo que todos deseamos que tengas razón.- se pasó las manos por la cara un poco cansada. -¿Tú cómo vas con toda esta mierda?-

-¿A qué te refieres?- ladeó un poco la cabeza al mismo tiempo que fruncía su ceño.

-Bueno, hace sólo un mes matamos a Vecna, en realidad, ni siquiera lo matamos, sólo desapareció, además de que están las putas grietas que la gente cree que fueron causadas por un terremoto, cuando en realidad fue ese hijo de puta, y no tenemos idea de qué hacer con ello, digo, ¿siquiera son peligrosas? ¿O sólo están ahí existiendo? Mierda, mierda, mierda.- tapó su cara con sus manos en un acto de desesperación.

-Rob, tranquila, ¿sí?- quitó las manos de su amiga de su cara. -No podemos adelantarnos a los hechos, por ahora lo importante es que estamos vivos, todos, y eso es bueno, ¿de acuerdo?- trataba de animar a su amiga, aunque también intentaba creer sus propias palabras, porque tenía las mismas dudas que la rubia, toda esa mierda lo había jodido, incluso tenía pesadillas en las noches respecto a lo que habían vivido y llegaba al punto de tener ataques de pánico, pero no hablaría de eso con la chica, el punto era calmarla, no estresarla más.

-Tienes razón, al menos nadie ha muerto... todavía.- suspiró.

-Rob...- advirtió suavemente. -En serio, no lo pienses tanto, eso nunca es bueno.-

-De acuerdo, al menos no soy Eddie.- rió seguida del castaño, no se estaban burlando en sí, pero es que la situación del mencionado era ridículamente seria, ni siquiera sabían cómo harían para arreglar eso, sólo quedaba tomarlo con gracia.

-Dios, ni lo menciones, juro que ese chico es un dolor de culo.- negó con la cabeza. -Me cae mal.-

-Steve, no mientas, es imposible odiar a Eddie Munson una vez que lo conoces. El chico es genial.- sonrió.

-Como sea, pero me estresa bastante.- giró sus ojos.

-Además, es el más jodido aquí, después de Max obviamente, y aun así no se estresa, te juro que lo admiro.- echó su cabeza hacia atrás en el sofá.  -Digo, todo el mundo cree que es un asesino y la única persona, además de nosotros, que no lo hace cree que está muerto.- dijo haciendo referencia a Wayne, el tío de Eddie, Dustin le había dicho que el rizado había muerto, claro que por la seguridad del mismo. -No puede salir de tu casa porque literalmente lo están cazando, y además casi es comido vivo por los demobats. El chico es duro, no cualquiera aguantaría eso.- miró al castaño de reojo, éste pareció analizar las palabras de la rubia un momento.

-Tienes razón... pero eso no quita que me exaspere.- dijo finalmente haciendo reír a la chica.

-Deberías ir a descansar, Steve, has estado aquí toda la tarde.- le aconsejo la chica.

-Y otra vez tienes razón, wao, no puedo creer todas las veces que he dicho que tienes razón hoy, creo que algo no anda bien.- bromeó el castaño recibiendo una risa sarcástica de parte de la chica a su lado, vió la hora en su reloj, quince para las ocho, sin duda tenía que irse. -Munson lleva demasiado tiempo solo, y ese pendejo es como un niño más que cuidar, quizá ya quemó mi casa.- rió sin gracia. -Por cierto, la madre se Max viene a relevarte en la mañana, sabes que ahora trabaja, mañana es su día libre.- Dijo mientras se estiraba luego de levantarse del sofá.

-Entendido, Stevie, no te preocupes.- la chica le sonrió.

-Bien, adiós, boobies.- y sin más salió de la habitación para posteriormente también hacerlo del hospital y dirigirse hacia su auto, tenía que llegar a casa para asegurarse de que todo estaba bien, y que Munson no la había incendiado aún.

...

-¡Llegué!- gritó desde la puerta cuando recién había entrado, ¿por qué siquiera había avisado que había llegado a su propia casa? Era estúpido, ¿no? No es como si Munson lo estuviera esperando o algo por el estilo.

Al pasar por la mesa se dio cuenta de que había una bandeja tapada en ella, sobre la tapa había una nota; "sí, sé cocinar, Harrington y no, no tiene ningún tipo de veneno" Steve no pudo evitar soltar una pequeña risa. Destapó la bandeja y se encontró con un plato de pasta, en realidad se veía bastante bien, el castaño tomó el tenedor que se encontraba a un lado del plato y probó la pasta, que por cierto, seguía tibia, y la apariencia no lo había engañado, aquello sabía a pura gloria.

-Bendito seas, Munson.- susurró luego de tragar el primer bocado, se sentó en una de las sillas del comedor para poder disfrutar de mejor manera su cena, en ese momento estaba agradecido con el rizado, ya que no había comido nada desde que se fue a cuidar a Max, lo único que había obtenido era un vaso de café. No podía creer que Eddie había preparado algo tan delicioso, estaba sorprendido, pero eso no evitaría que disfrutara de la pasta.

Al terminar lavó los platos y decidió buscar a Eddie para agradecerle por la cena, suponía que estaba en el cuarto de huéspedes, así que subió las escaleras y entró a este, al adentrar su vista en el cuarto se dio cuenta de que el rizado se encontraba durmiendo plácidamente en la cama, así que salió de la misma forma en la que había entrado, mañana le agradecería al chico. Entró en su cuarto, dirigiéndose al baño, tomó una ducha y se lavó los dientes, una vez terminó se colocó un pantalón de pijama y se tiró en su cama sin más, estaba muy cansado, tan cansado que apenas un minuto después de cerrar los ojos había quedado dormido.

Huésped {Steddie}Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin